La Facultad de Ingeniería inauguró el Master in Project Management, que formará profesionales competitivos para que alineen las necesidades de las empresas con las exigencias actuales de los estándares globales.
Por Javier Paico. 02 octubre, 2014.El actual entorno laboral requiere que las empresas y organizaciones globales sepan cual es el estado real de los proyectos en los que están embarcados, su alcance, riesgos y resultados. La figura del Director de Proyecto adquiere una importancia fundamental, ya que las empresas necesitan profesionales que sepan cómo dirigir proyectos complejos de forma eficaz para poder tener éxito.
“A nivel mundial se destacan, cada vez con más vigor, las competencias del director de proyectos, distinguiéndolo como un profesional poseedor de conocimientos, actitud personal, destrezas y experiencia relevante, necesarias para tener éxito en los proyectos y obtener altos niveles de rendimiento”, expresó el Dr. Dante Guerrero, en la inauguración del Master in Project Management (MPM), organizado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Piura, y en el que participan 26 profesionales nacionales y 2 extranjeros, Lily Matute y Maria del Rocio Hidalgo, de Ecuador.
Explicó que para llegar a un conocimiento de los valores humanos y el diálogo, resulta imprescindible la intervención de equipos multidisciplinares que puedan aportar, en cada una de las fases del proyecto, diferentes visiones de una misma realidad, permitiendo un conocimiento más preciso de las necesidades de la sociedad y las potencialidades del medio.
“Es fundamental que toda la información de carácter social deba ser contemplada en el diseño de los proyectos y los resultados finales se adapten a la demanda de aquellos que van a tener que convivir con los resultados del mismo”, indicó.
En ese sentido, el objetivo del MPM es formar profesionales altamente competitivos en dirección de proyectos, bajo los estándares internacionales de IPMA y PMI, para que sepan dirigir, planificar, organizar y controlar proyectos, programas y portafolios complejos de carácter global de forma eficiente y eficaz. “Debemos humanizar los proyectos de ingeniería, formando hombres y mujeres, futuros directores de proyectos, desde una perspectiva integral”, resaltó.
Cinco dimensiones
El Dr. Guerrero, decano de la Facultad de Ingeniería, destacó cinco dimensiones que actúan de forma interrelacionada y permiten un enfoque multidimensional de los proyectos. Estás son: la dimensión técnica, económica, social, ambiental y humana.
La dimensión técnica es el conjunto de actividades intelectuales encaminadas a manipular los problemas y encontrar su solución con la ayuda de conocimientos existentes, que sean útiles y estén disponibles para el caso de estudio. “El Proyecto es una actividad compleja, por lo que requiere de diferentes metodologías y demanda técnicas específicas e instrumentos apropiados. La complejidad y racionalidad del cambio requiere la incorporación de técnica e ingeniería basada en el conocimiento, la profesionalidad y la experiencia”, señaló.
Con respecto a la dimensión económica, el Dr. Guerrero explicó que un proyecto es una inmovilización de bienes y recursos escasos para generar una corriente de bienes y servicios futuros, susceptible de ser evaluada desde el punto de vista técnico, económico, social y medioambiental.
Por otro lado, la dimensión social permitirá que las nuevas generaciones de profesionales desarrollen un especial interés por el conocimiento histórico, social y cultural del entorno en el que van a desarrollar sus proyectos, como elemento fundamental para asegurar el bienestar de los ciudadanos y el éxito de la iniciativa.
Asimismo, la dimensión ambiental permitirá realizar un diseño respetuoso con el medio ambiente, que complementará las metodologías de diseño sistémico de productos y procesos. El objetivo principal de este diseño es una mejora general de la ecoeficiencia y la calidad del producto, reduciendo el impacto ambiental. “Debido a que el Proyecto es un instrumento de transformación de la realidad, modifica la naturaleza, incluso puede degradarla si está mal concebido. Por ello, la conservación de los recursos naturales y la integración ambiental es imprescindible en su formulación”, indicó.
Por último, en la dimensión humana se considera cómo el proyecto afecta a las personas y modifica sus vidas. Puede alterar su trabajo y, a veces, sus hábitos y costumbres. No se concibe un proyecto sin su relación con el hombre. Un tejido social participativo es ineludible.
“El protagonismo, el bienestar y la libertad de la población afectada son consustanciales con la naturaleza del proyecto. Las oportunidades, las necesidades y los problemas son humanos por antonomasia. Por consiguiente en la vertiente humana del proyecto es donde éste encuentra su verdadero significado”, manifestó.