La oficina de Alumni realizó el curso denominado “Tu gran Decisión”, enfocado en el aprendizaje del amor de pareja y fortalecimiento de los lazos del noviazgo.
Por Diana Seminario. 24 junio, 2015.Si se parte de la definición de que enamorarse es ponerse en camino hacia el amor, entonces se desprende un proceso en el que se identifican tres etapas por las cuales pasa por una persona. “La primera etapa es la de la atracción física, que es cuando alguien te llama la atención. La segunda etapa es la del enamoramiento o querer, que es la alegría, el me gusta. Esta etapa la contextualizo en egoísmo porque ese estadio es en el cual uno dice me gusta, me gusta está situación, me gusta salir con ella, pero solo es tu querer. La última etapa es el verdadero amor, que nace cuando la voluntad quiere lo que el enamoramiento le propone. Si realmente me interesa haré todo por no dejar ir esa situación. Esto alcanza su total plenitud en el matrimonio”, explicó Carlo Cavassa, Master por el IESE Business School y profesor del PAD.
Para Cavassa, enamorarse es salir de uno para entregarse al otro y, eso se debe vivir en el día a día y en todas las acciones. “El eros es el me gusta esto, es el anhelo de estar, de compartir y vivir junto al ser amado, pero es la felicidad propia. Si el eros no se complementa con el ágape, que es el amor de entrega, de benevolencia, el orientado al don, que busca la felicidad del otro, entonces uno se puede quedar en el eros y ese es el gran riesgo”. Según el profesor, el gran riesgo de las parejas es estancarse en la segunda etapa, en ese enamorarse del estar enamorados y no seguir creciendo en esa relación.
Citando a Tomás Melendo en “el amor es hacerle la vida fácil al otro para que te ame”, Cavassa explicó que lograrque la otra persona realmente se enamore de mí, se debe reconquistarla a cada minuto, sacrificarse por ella en todo momento, y entregar
“Amar implica capacidad de compromiso, capacidad de renuncia al yo, capacidad de servicio. La implicancia del amor no se da con uno solo, se da con los tres. Será realmente amor cuando me comprometa, renuncie a mí y me comprometa porque quiero servir”.
Asimismo, Cavassa expresó la diferencia entre enamoramiento y amar. “El enamoramiento no procede de una decisión, el amor sí. Además, indicó que enamorarse no requiere esfuerzo; amar sí porque requiere entrega, renunciar a mí por el otro. El enamoramiento produce el espejismo de la perfección. Por ejemplo, yo te quiero así, nunca cambies, pero en el matrimonio es que se comienza a resaltar esas imperfecciones que no viste antes. Todos tenemos defectos y lo importante es conocer esos defectos. Si no la quieres con sus defectos, entonces no la quieres”.
Por otro lado, remarcó la importancia de la etapa del noviazgo porque es donde realmente quieres conocer a la otra persona. Es en esta etapa donde uno tiene que perfeccionarse en el entendimiento del otro. Finalmente, recomendó a las parejas que cuando crean que han dado todo, den un poquito más.