Exdirector del área de Comunicación Institucional de la Universidad Panamericana (UP) conversó con graduados de la UDEP, en el marco de las Sesiones de continuidad realizadas por Alumni.
Por Diana Seminario. 02 diciembre, 2015.
La reputación se ha convertido en un elemento que ayuda a cumplir la misión de la compañía para generar apoyo social e inversiones, y para tener como empleados a gente comprometida con la visión. “Hoy las personas toman decisiones más profundas sobre las empresas en las que desean trabajar. Si la reputación de nuestra compañía no va acorde con su misión, es difícil atraer y conservar el talento”, explicó Luis Arcos en la sesión de continuidad denominada “Reputación ¿Sueño o pesadilla de las instituciones?”.
Las sesiones de continuidad son conferencias realizadas por expertos nacionales e internacionales dirigidas a graduados de la UDEP. Son organizadas periódicamente por la oficina de Alumni y otras áreas de la Universidad. En esta ocasión, Luis Arcos, invitado por el área de Posgrados de la Facultad de Comunicación, comentó que la reputación tiene tres pilares: la calidad del producto o servicio que se ofrece, la incidencia social de este, y la ética profesional con la que se desempeña.
Para Arcos, la oferta es amplia, por eso hay que encontrar elementos que ayuden a verse diferente de la competencia. “Se debe aportar algo único que nos separe del resto, destacar para que los demás nos recuerden, encontrar el lugar que ocupamos en el mundo y hacernos notar a través de acciones con nuestros propios empleados”.
En este sentido, indicó que también las organizaciones pueden diferenciarse mediante los beneficios tangibles, por ejemplo, colocando un comedor para los empleados. Y a través de los intangibles, al ayudar al empleado a desarrollarse como persona. “Se debe encontrar un equilibrio entre ambos beneficios y asegurar que nos ayuden a diferenciarnos ante esa persona que quiero traer a trabajar, o ante ese cliente que quiero hacer que cambie de producto”.
Finalmente, el experto mencionó que para diferenciarse de la competencia hay que encontrar elementos de innovación, hacer mejor lo que otros ya hacen, orientarse a las necesidades de los clientes y encontrar el ADN de la organización, el mismo que hace referencia al sueño que tuvieron los fundadores cuando crearon la empresa, ya que muchas veces se pierde en el camino.
