En la Santa Misa de acción de gracias celebrada en ambos campus, invitó a vivir el Año de la Misericordia en el trabajo profesional y la vida familiar.
Por Dirección de Comunicación. 18 diciembre, 2015.Campus Piura
En Campus Piura, la familia de la Universidad de Piura celebró la Navidad y las metas alcanzadas el 2015 con una Santa Misa de acción de gracias y un brindis de honor en el que se desarrolló el II Concurso de Villancicos.
En la Santa Misa, el Capellán Mayor, Padre Ricardo González Gatica, recordó el inicio del Año de la Misericordia, tiempo que impone vivir con coherencia la vida cristiana para poder cruzar las puertas santas en los lugares establecidos, y así ganar gracias e indulgencias.
“Celebrar un jubileo de la misericordia significa aclamar el contenido esencial del Evangelio: Jesucristo, el rostro visible de Dios. Es celebrarlo y experimentar en nuestra vida el perdón de Dios. Significa que este año santo, lo que más desea Dios y lo que más necesita el mundo es el perdón y la misericordia”, dijo.
Agregó que perdonar implica muchas veces ponerse en el lugar del otro, aunque muchas veces cueste. “Aprendamos a vivir así y también en nuestra institución: ponerse los directivos en el lugar de sus colaboradores, los profesores en el de los alumnos, los colaboradores en el lugar de los que mandan”, señaló.
- Brindis de honor y II Concurso de Villancicos.
- Presentaciones de los participantes del II Concurso de Villancicos.
Campus Lima
En Campus Lima, la Misa de acción de gracias por el año transcurrido se celebró, en esta ocasión, en el Polideportivo. Asistieron profesores, personal administrativo, de apoyo y sus familias. El Vice Gran Canciller, Padre Emilio Arizmendi, ofició la Santa Misa, y en su homilía resaltó la convocatoria del Santo Padre al Año de la Misericordia.
El Padre Arizmendi animó a los asistentes a expresar, en el día a día del trabajo profesional y de la vida familiar, las diversas manifestaciones de la misericordia de Dios: mayor comprensión, mejor capacidad de escucha y obras de misericordia materiales y espirituales.
Recordó, finalmente, la importancia del sacramento de la Reconciliación a lo largo de este año: que cada uno experimente en su vida la ternura de Dios.