El experto en realización y producción de cine estuvo como ponente en la Semana de Comunicación e invitó a los alumnos a generar contenidos audiovisuales de temas locales.
Por Cesar Flores Córdova. 12 mayo, 2015.Paul Córdova es un exalumno de la Universidad de Piura y lleva el cine en sus venas. Como realizador audiovisual ha participado en diferentes roles en producciones como “El Elefante Desaparecido”, “Asu Mare” y “La Teta Asustada”, entre otras. Él estuvo como expositor durante la Semana de Comunicación donde reflexionó sobre cómo hacer cine sin modelos establecidos y cuál es el balance del cine nacional.
El cine peruano, ¿está en un camino ascendente o son chispazos?
Estamos en la oportunidad de poder hacer buenas historias. Gracias al fenómeno de la película “Asu Mare”, que ha permitido la reconciliación del público con el cine peruano llevando a miles a las salas de cine, me parece que es una buena oportunidad para que cineasta nuevos tengan historias que contar.
¿La película “Asu Mare” define el perfil del consumidor de cine peruano de hoy?
Soy de la idea que debe hacerse todo tipo de cine: comercial, de autor, local, regional. No soy participe de las etiquetas. Los comunicadores audiovisuales no tenemos nacionalidad, somos universales, y esa es la oportunidad que tenemos para contar nuestras historias. Partamos de lo local para ser globales.
Los críticos afirman que “Asu mare” funciona porque dejó atrás las típicas historias del terrorismo y mostró la vida de Carlos Alcántara como ‘un emprendimiento’, algo que conecta con el peruano de hoy.
Independientemente de la nacionalidad, a la gente le gusta verse reflejada en las diversas historias que se cuentan, esto es lo que ha logrado esta historia sencilla y la gente se ríe de las cuestiones anecdóticas. La película no logra la exigencia de un cine de autor, pero lo que ha logrado es la reconciliación del público nacional a asistir a las salas de cine.
¿Las películas de los 80 y 90 marcaron de manera positiva la historia del cine nacional?
De hecho, porque un país sin cine es un país sin rostro. Vivíamos en una etapa convulsionada, pero en su momento marcaron un hito. Ahí tenemos “La Fuga del Chalcal”, de Augusto Tamayo; “La Boca del Lobo”, de Francisco Lombardi; etc. Básicamente se centraron en contar una buena historia. Si tenemos historias locales bien contadas la gente irá a verse, la gente le gusta verse reflejado en una historia.
¿Qué opinión tienes de las películas peruanas en el género terror que se han hecho?
Las películas de géneros es una fórmula que se respeta y se hace a rajatabla. Si no se hace bien, las cosas no funcionan. Y eso es lo que ha pasado, por ejemplo, con “Cementerio general”, que en vez de dar miedo da risa. Estamos empezando y está bien que se haga película de todo tipo. No todo es comedia. El complicado conocer la tendencia del público. Trabajé en una película llamada “El elefante desaparecido”, que llevó pocos espectadores, a pesar que la productora Tondero estaba detrás (la misma productora de “Asu Mare”).
Tú propones el quitarse el temor de generar productos audiovisuales así vivas en el último rincón del mundo. ¿Cómo un estudiante puede asumir ese pensamiento?
Mirando su entorno, su realidad. Hay que contar lo que conoces. No intentemos contar el cine con explosiones porque nuestra realidad no es eso, no hacemos películas de los grandes estudios. Empecemos con lo local porque la fuerza de nuestras historias nos llevará a crecer.