El experto en Derecho Constitucional señala que con 3 partidos, y no 19 como es el número de agrupaciones que desean participar en las elecciones, el ciudadano podría elegir mejor a su nuevo presidente.
Por Tania Elías. 18 enero, 2016.
Un amplio abanico de opciones: 19 listas solicitaron su inscripción oficial para participar en las elecciones generales 2016. El Jurado Nacional de Elecciones empezó su evaluación y tras el periodo de tachas que varias agrupaciones ya pasaron, ahora sí empezó la carrera rumbo a Palacio de Gobierno.
El doctor Carlos Hakansson Nieto, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, reconoce que son muchas candidaturas y, de éstas, pocas tienen una organización partidaria a nivel nacional.
“Lo ideal sería la contienda entre un partido de derecha (conservador), otro de izquierda (reformista) y otro de centro -ya sea de centro derecha o centro izquierda. Al respecto, todavía parece difícil una concertación de partidos de centro, como un frente”, explica.
El personalismo
Al evaluar las 19 candidaturas que solicitaron la inscripción ante el máximo organismo electoral, el especialista en Derecho Constitucional señala que en realidad lo que predomina en éstas es el sueño del partido propio y un proyecto político personalista.
“En la mayoría de los casos, se trata de agrupaciones en torno a un líder carismático de ocasión”, califica. Refuerza esta opinión cuando observa la participación de expresidentes que buscan retomar el poder, exautoridades que tras gobiernos regionales y locales intentan llegar a gobernar el país.
“El problema de fondo es que la ley no exige a los partidos unos mínimos para poder participar en una campaña a nivel regional o nacional, la acreditación de unos indicadores de su real peso político y actividad partidaria. Si el candidato postula a la región o una municipalidad debe exigirse una actividad partidaria continua, con militantes inscritos en ese lugar. De igual manera, si la elección es de alcance nacional, debería exigirse una mínima presencia de la agrupación política en el norte, centro y sur del país. Me parece bien que se reconozca y aplique el derecho de participación política, pero si la ley es muy permisiva, sin exigir mínimos, entonces ocurre algo similar con la creación de universidades de dudosa calidad”, enfatiza el docente de la Facultad de Derecho.
El doctor Carlos Hakansson considera que cuando se evalúan las candidaturas, hay otros datos más allá de los ingresos, a ser considerados. “Se debe tener la información necesaria para conocer si es o no un candidato digno de ocupar la Presidencia de la Republica o un escaño congresal. El patrimonio económico es relevante si proviene de fuentes ilícitas, por eso es bueno investigarlo; pero si el candidato es o no millonario no debería ser materia de cuestionamiento si sus recursos económicos son legales. Lo que pasa es que se ha ideologizado mucho este tema y es un error”, refiere.
Las reformas que pide el sistema
Tan pronto se dio a conocer la cifra de peruanos interesados en gobernar, los comentarios de la población en las redes fue lo de “más de lo mismo” y “cambio de camiseta al por mayor”. El especialista de la UDEP reconoce que esto no le hace bien a la institucionalidad de los partidos, por lo que debió impulsarse más la reforma electoral; sin embargo, hay avances que se han logrado en este tema.
“El funcionamiento adecuado de los sistemas políticos necesita un tiempo de maduración. En el Perú vamos a tener, por primera vez, un tercer gobierno democrático consecutivo. Por otro lado, la consolidación democrática se basa en conquistas, el voto facultativo, la eliminación del voto preferencial, la renovación parlamentaria a mitad de mandato, etc.; todo ello se consigue en episodios histórico-políticos concretos, nunca de la pura voluntad de los gobernantes”, manifiesta.
Agrega que la solución para mejorar puntos como la falta de lealtad política guarda relación inversa con cada agrupación política. “A mayor arraigo del partido en la ciudadanía menor será la deserción de sus militantes. La fidelidad a la fundación, ideas e historia de un partido en el tiempo hace difícil la posibilidad del transfuguismo. Eso se logrará con el tiempo”, precisa. Ello implica un compromiso de la agrupación.
El cambio de camiseta, por ejemplo, es un tema que se ha visto entre los mismos candidatos. Nano Guerra, que hoy cabeza de la lista de Solidaridad Nacional, en un inicio anunció que lideraría al Partido Humanista, de Yehude Simon. Terminó dejándolo cuando le ofrecieron la primera vicepresidencia y el número 1 al Congreso.
El compromiso del votante
Hakansson Nieto destaca el crecimiento económico logrado en los últimos años, pero critica que cada 5 años el populismo de alguna manera genere cierto retroceso o no contribuya a consolidar el desarrollo político a través de la ciudadanía.
Por ello precisa que las reformas impulsadas por el JNE, tanto las ya aceptadas como las que requieren de un debate, añaden la necesidad de una profunda reforma educativa, la cual debe formar ciudadanos. “Sin ello, cualquier reforma jurídico positiva será infructuosa”, adelanta.
Para el, hay un tema en el que se debe de insistir: La lucha contra la corrupción, sobre todo en estos momentos cuando se deja en entredicho la situación de algunos postulantes. “Si un candidato ligado a negocios no tan claros llegara a la presidencia, sería un tema de Estado y debería combatirse a partir de la unión de todas las fuerzas políticas e instituciones de la democracia. Si se diera y se descubriera, se destituiría o vacaría al presidente por incapacidad moral”.