El éxito educativo depende de la formación del profesorado y la mejora de los esquemas pedagógicos en el país, lo cual se puede lograr con un cambio de mentalidad enfocado en el desarrollo.
Por Jaime Ancajima. 22 febrero, 2016.Alejandra Martins, de la BBC Mundo, en su artículo “7 mitos derribados de los mejores sistemas educativos”, manifiesta que un sistema educativo exitoso “es lo que buscan países alrededor del mundo, convencidos de que es la llave para transformar su futuro en un mundo complejo y competitivo. Todos lo quieren, pero no hay fórmulas y muy pocos lo logran. Si algo está claro es que no basta con copiar elementos de naciones con mejores resultados, como Finlandia o Corea del Sur”.
Todos estamos convencidos de que las desventajas sociales, el poco presupuesto invertido en educación, el gran número de alumnos en los salones, la diferencia entre equidad y selección académica, el galopante mundo digital, la inteligencia y la inmigración son un gran obstáculo para lograr resultados exitosos en los colegios.
Algunos de estos mitos son desmentidos por los resultados de las pruebas internacionales PISA, los cuales muestran que jóvenes con mayores desventajas sociales en Shanghai (China) tienen mejores habilidades matemáticas que el 10% de los estudiantes más privilegiados en Estados Unidos y en varios países europeos.
Hoy en día, más de 600 alumnos de extrema pobreza, provenientes de lugares alejados, y profesores de colegios y universidades estatales pueden estudiar una carrera o una maestría gracias a Beca 18, Beca Vocación de Maestro, Beca Excelencia, Beca Presidente y Besa Catedrático.
Ellos, alumnos y maestros tienen algo en común que los empuja a mejorar y a seguir adelante: su motivación personal y el hecho de contar con un ambiente de calidad para el estudio y con profesores altamente capacitados y dedicados a su labor.
El contar con maestros apasionados por su profesión puede, sin duda alguna, hacer la diferencia y lograr el gran cambio que nuestra sociedad necesita y del que ellos son los grandes protagonistas. Sin maestros motivados y apasionados, es imposible pensar en estudiantes más dedicados, que vean en la educación las posibilidades para crecer y superarse personal y profesionalmente.
(Artículo publicado en el diario El Tiempo. 20/02/2016).