Javier González, profesor internacional del diplomado en Dirección de Personal, explica la importancia del papel del coach en las organizaciones y la proyección que tiene el coaching como materia de especialización profesional.
Por Posgrado y Extensión. 26 mayo, 2016.¿Cómo se reconoce un buen coach?
Como coach ejecutivo y personal certificado por ASESCO, seguiría las bases competenciales determinadas por ASESCO e ICF y, a partir de aquí, invitaría al coach a pensar en las propias actuaciones, en cómo “está siendo” en su relación con los clientes. Es un ejercicio muy interesante, puesto que si lo afrontamos desde la humildad y el más alto concepto de justicia, seguramente descubriremos que necesitamos desarrollar nuestras competencias como coach, para tratar de dar respuesta al compromiso que se asume en un proceso de coaching, y a estar, de verdad, “para el otro”.
¿Ha aumentado el rubro del coaching? ¿Podríamos dar un porcentaje de su crecimiento en los últimos dos años?
Indudablemente ha aumentado, al menos en España. Es difícil dar un porcentaje, pero por mi experiencia y relación con innumerables empresas, diría que el área de desarrollo de personas es el que más ha crecido en los últimos años. Dudo mucho que exista una empresa del IBEX 35 (Selectivo en Bolsa de las principales empresas de España) que no desarrolle procesos de coaching individuales entre sus directivos, y de coaching de equipos en sus Grupos de Alto Rendimiento. Es, sin duda, una de las profesiones del futuro que tiene más presente.
¿Qué sectores empresariales son los que lo requieren?
Todos. Aquí distinguir por sector sería un enorme error. Y todo por un concepto fundamental: Hablamos de personas, no de sectores. Quizás es en el rol directivo donde se viven más procesos de coaching, pero esta tendencia, precisamente por el éxito en estos procesos, está cambiando y ampliándose al resto de niveles profesionales de las organizaciones.
¿Es necesario ser profesional para ser coach?
No y sí. Seguramente la mayor confusión respecto al coaching es el pensar que el coach es una persona que transmite conocimiento, y esta no es la esencia del coaching. Por poner un ejemplo personal, he acompañado en cientos de procesos a profesionales de la aeronáutica, la banca, la automoción o la tecnología a lograr objetivos de mejora profesional, sin entender ni jota de estas materias.
Sí es cierto que el bagaje y la experiencia profesional pueden ayudar a identificar oportunidades, reconocer juicios, entender gestos y miradas, y a facilitar un clima de confianza previo. Pero ojo, el coaching no es mentoring, no se contrata porque el coach sepa más que el coachee, ni se trabaja para transmitir expertise. Además, desde las “herramientas del coaching”, un líder sí que puede obtener muchos mejores resultados en su trabajo y en su interrelación con las personas que trabajan con él, logrando resultados extraordinarios.