Graduados de las promociones del 2001 al 2006, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, se reencontraron y disfrutaron de la amena clase magistral dictada por Manuel Alcázar, docente del PAD–Escuela de Dirección.
Por Diana Seminario. 13 octubre, 2016.Todo directivo debe tener en cuenta estas competencias: las estratégicas, las ejecutivas y saber mandar. Las primeras, dijo el doctor Manuel Alcázar, sirven para conocer para quién hacer; y las competencias ejecutivas se utilizan para saber repartir la tarea. “Esto es un talento, pero al margen del talento que uno pueda tener, hay una serie de criterios que se deben conocer los cuales ayudarán en la función ejecutiva del saber mandar bien”, indicó el profesor.
Añadió que otra cualidad del directivo es la orientación la cual no es conocimiento, sino que es intención. “Tenemos inteligencia y voluntad, siendo la segunda más importante porque de la intención depende el uso de las competencias. El uso del conocimiento depende de la voluntad de la persona y puede usarlo para el bien o el mal”.
Por otro lado, Alcázar explicó cómo actuar cuando alguien no hace lo que debería hacer en el trabajo. Ante esta situación, dijo, se debe diagnosticar y averiguar las razones antes de aplicar el tratamiento. “Las posibles causas son: no puede, no sabe y no quiere. Si no lo ha hecho, hay que averiguar por qué no pudo hacerlo, y darle los medios para su ejecución; si no sabe hacerlo, pues lo lógico es enseñarle; y si no ha querido, hay que averiguar la razón. En este último hay, asimismo, tres razones por las que no ha querido realizar el trabajo: intrínseca, extrínseca y trascendente”.
Para el docente del PAD, un buen jefe tiene que cuidar el negocio y a las personas. Para el profesor es importante que el poder se utilice para ayudar al crecimiento de la gente. Por lo tanto, precisó que un buen directivo quiere a su gente y quiere que sean mejores, esto significa cariño y exigencia.
Además, señaló que un buen directivo debe tener buena intención: “saber decidir sin buena intención, es astucia; saber decidir con buena intención, es prudencia. Esto se aprende decidiendo y reflexionando sobre las tareas, pensando cómo actuar y sobre lo actuado. No es cuestión de solo tener experiencia, sino que hay que aprender de esta”.
En cuanto al nivel conceptual, un directivo tiene que ser experto en personas y en organizaciones. Alcázar indicó que el directivo tiene que entender la lógica de un ser humano y de la organización para conocer la síntesis de estas cuestiones tan útiles en la toma de decisiones.