¿Hasta qué punto es importante ‘vender’ nuestro perfil personal y profesional a través de las redes? Esta y otras interrogantes fueron resueltas en el I Seminario de Marketing Personal realizado por Alumni.
Por Koko Zavala. 05 junio, 2017.Natalia Granda, coordinadora de Proyectos de Comunicación Interna en Apoyo Comunicación; y Rafael Zavala, director de Relaciones Institucionales del PAD-Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, expusieron en el I Seminario de Marketing Personal organizado por la oficina Alumni UDEP.
Granda, experta en marketing personal, al referirse a los lineamientos para desarrollar una marca personal, señaló que esta debe ser gestionada de forma integral, atendiendo a objetivos claros. No solamente debe ser un trabajo desarrollado de manera off line, sino que debe incluir las plataformas digitales, el on line, como canal para trasmitir nuestra marca personal.
La expositora indicó que el desarrollo personal va más allá de las cuestiones materiales: “Es alcanzar logros personales, es ser uno mismo, tener nuevos retos. Para ello, es importante preguntarnos ¿qué quiero lograr de aquí a cinco, diez o quince años; cómo me quiero posicionar? ¿he pensado en una hoja de ruta que me ayude a lograr lo que quiero?, ¿he incorporado planes, con personas a quienes debo contactar?, ¿sé qué conocimientos adquirir?”, señaló.
Si no especificamos nuestros objetivos, dijo, no podremos llegar a ellos, pues no tendríamos orientación adecuada. “Si realmente lo que tenemos ahora no contribuye a lo que queremos lograr como profesionales, es hora de cambiar”, indicó.
En el ámbito empresarial, es una práctica frecuente revisar los perfiles de redes sociales de los candidatos a un puesto laboral. “No hay que perder de vista que todo comunica”, enfatizó. Un perfil mal gestionado puede ser un factor determinante para no elegir a un profesional. Recomendó que los mensajes que se emiten en estas plataformas sean concretos, dado que la información abundante y desordenada puede confundir al interlocutor.
Ser y parecer
En su exposición, Rafael Zavala, aseguró que para desarrollar una marca personal íntegra es indispensable ‘ser y parecer’, esto quiere decir llevar una vida coherente con la imagen que deseamos proyectar.
Rafael Zavala definió al marketing personal como “la estrategia de venta de tu propia imagen, orientada a reflejar el valor que tenemos a nivel personal y laboral”. Una estrategia que implica alinear la expresión del pensamiento con el obrar. Es esencial que nuestra comunicación parta de la realidad, sino se cuenta con este hilo conductor verdadero, de nada servirán los esfuerzos de comunicación que se implementen en el largo plazo, afirmó. “De nada serviría ser un buen bloguero, un buen twitero o un referente en las redes, si nos vendemos como lo que no somos. La gente finalmente se dará cuenta y detectará que algo anda mal o es mentira, lo que finalmente repercute en nuestra reputación.”
“Muchos buscamos generar buena reputación a través de Facebook. Por ejemplo, no ponen la foto de su esposa recién levantada, sino publican la mejor foto, el mejor ángulo, el mejor selfie, creando un supuesto sentimiento de envidia entre sus contactos. Es por ello, que muchas veces el Facebook deprime porque vende medias verdades”. Comentó además que las redes sociales son una buena herramienta de posicionamiento, siempre y cuando se gestionen de forma cuidadosa.
Zavala propuso que gestionar una imagen personal implica tener una estrategia. Similar a lo que ocurre en una empresa cuando se estructura un plan estratégico, del mismo modo debemos aplicar una estrategia de marketing personal. Para establecerla, será importante el autoconocimiento y el saber escuchar a los demás, para aprender, ayudar y persuadir. Escuchar es ponerse en los zapatos de otra persona, dijo, “y sirve para conocer para qué soy bueno, para qué no, qué me falta, dónde estoy. Todo ello me permitirá obtener mi objetivo propuesto”
La estrategia de marketing personal, deberá ser coherente y basada en quiénes somos en realidad, tratando de cultivar nuestros valores, orientados a ser mejores cada día. “Si en el trabajo soy un mentiroso, seré igual en casa. Si en el hogar soy humilde, difícilmente seré dominante en el trabajo”, aseveró.