Rosario del Rey, profesora de la Universidad de Sevilla, impartió clases en el doctorado en Educación y ofreció el curso «Acoso escolar: protocolos de intervención», donde comentó sobre el bullying y ciberbullying.
Por María José Salazar. 07 noviembre, 2017.Rosario del Rey, especialista en Psicología de la Enseñanza de la Universidad de Sevilla, centra su investigación en el análisis y la mejora de los problemas de convivencia escolar, particularmente violencia y bullying. En su visita a la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Piura conversamos con ella sobre estos graves problemas.
¿Cómo se define el bullying?
Es una agresión injustificada, reiterada, que se mantiene en el tiempo y de la cual la víctima tiene dificultad de salir. Es un fenómeno vincular, que tiene que ver entre lo que hace el agresor y cómo responde la víctima, así como los espectadores.
¿Cuál es la dimensión del problema, actualmente?
Las cifras internacionales nos dicen que, a veces, hasta uno de cada diez alumnos es gravemente victimizado. Como consecuencia, una parte de ellos puede terminar en la predelincuencia o reproduciendo la violencia. Por ello, la Organización Mundial de la Salud ha llegado a considerar la violencia como un problema de salud pública.
Económicamente, los análisis indican que es más barato prevenir que luego reeducar y reinsertar a las personas, ya que la violencia es un factor de riesgo de más violencia.
¿Cómo ha sido afrontado el acoso escolar en los últimos años?
En España, hace veinte años, había una creencia entre los maestros de que la violencia solamente se producía en Estados Unidos. Sin embargo, luego hubo un cambio radical hasta que en el 2010 se hizo obligatorio en todas las escuelas españolas hacer un proyecto de convivencia que previniera la violencia. Tuvimos que asumir un problema que había dejado de ser percibido como una broma de niño para tomar conciencia de que es algo grave.
Quizás no se entendía el problema porque muchos recordaban su propia experiencia en el colegio, donde a alguien se le fastidiaba y no pasaba nada, ¿no?
Claro, es el proceso de normalización. A veces le digo a la gente: «Tú te acuerdas de quién te reías en el escuela, pero ¿sabes lo que sufría esa persona? Si hubiera sido tu hijo, ¿te gustaría?». Cuando uno no ha sido la víctima, no suele ser consciente del daño que se hace. Incluso, hay algo que se llama «desconexión moral», que supone atribuir responsabilidad a la víctima: «Es que él era el rarito» o «él también se reía».
Pasando de lo físico a lo tecnológico, ¿es más grave el cyberbullying?
Bueno, las víctimas dicen que sí, que el cyberbullying es peor que el bullying. Sobre todo, por lo que se llama «el 24/7», pues ya no hay lugar de protección. Los últimos estudios están hablando de un 80% de overlapping entre ambos fenómenos.
El acoso escolar desde el interior
En la región, hay una norma que obliga a los directores a registrar los casos de bullying, pero no lo hacen…
Pienso que el problema está en la formación del profesorado y de los equipos directivos, acerca de la complejidad del asunto. Antes, se contrataba al profesor para que enseñara (que conociera su área curricular y dictara clases). Pero hoy en día nos ha tocado no solo instruir, sino educar. Entonces, hay que desarrollar esas competencias en los profesores, porque no es algo fácil de ver ni de enfrentar.
Es importante que se generen protocolos, no cuando hay un caso sino cuando es posible que exista; partir de lo que se llaman las «situaciones de riesgo».
¿Cómo lograr que los planes de convivencia sean exitosos?
Deberían regularse por ley, pero esto no es de buenas a primeras. En España, lo que hicimos fue ensayar en colegios más sensibilizados. Además, algunas comunidades autónomas empezaron a otorgar premios por convivencia pacífica y luego ya se reguló definitivamente.
Hoy, no le cabe a nadie en la cabeza que un colegio no tenga un proyecto, e incluso los padres lo demandan; se le puede pedir a la escuela responder por no haber prevenido.
¿Cómo se da el balance entre el conocimiento que hay que transmitir en el aula y la atención a estos temas?
Los maestros a veces caemos en el error de decir: «Yo voy a dictar mi clase, si no me escuchan, da igual». Desde mi punto de vista, hay que hacer todo, porque todo es importante para el desarrollo de la persona. La escuela es el contexto que tiene un país para desarrollar buenos ciudadanos.
¿Cómo debe afrontarse una situación de bullying en aula?
Cuando tienes un caso en particular, hay que hablar con los chicos por separado. Además, hay que trabajar en el aula intentando desarrollar la empatía. Y luego, evidentemente, hay que ayudar a la víctima a recuperar su propia habilidad social y su autoestima, así como hacer algo más integrado con las familias.
¿Qué hacer con los espectadores?
Ellos son la clave de la intervención, claramente, y de la prevención mucho más, porque la mayoría de los agresores no actúan para hacer daño, aunque tengan consciencia de ello, sino para conseguir prestigio social y este se lo dan los demás.
Es más fácil intervenir con los espectadores pues no están directamente implicados, no se suelen sentir culpables.
¿Cómo pueden identificar, los padres de familia, que sus hijos están sufriendo una situación de bullying?
Tenemos que estar muy pendientes de los cambios de comportamiento, cambios de amigos. Cuando nuestro hijo empieza a ser muy «marimandón» en casa, puede que esté empezando a usar la violencia. Si no quiere salir, ir al colegio, comer o está más triste de lo normal, es posible que esté siendo víctima.
Doctorado en Educación
¿Cuál ha sido su experiencia con los alumnos del doctorado de Educación?
Nos hemos centrado en las diversas teorías de enseñanza y aprendizaje, desde el punto de vista de la Psicología. Ello les servirá como marco teórico de referencia para sus investigaciones y, al mismo tiempo, para incluir alguna variable que puede ser relevante. Ha sido interesante ver los ejemplos en la vida cotidiana de una escuela.
De estas teorías, ¿cuál generó más interés en los participantes?
Más que ellas, el hecho de que no tienen que elegir una determinada, sino que se pueden nutrir de varias para diseñar una tesis doctoral. Lo que pasa es que, si uno quiere hacer investigaciones más novedosas, debe hacer uso de cada una de las teorías a fin de encontrar un modelo más integrador. Es lo que hoy en día se está trabajando.