17

Mar

2017

Lluvias atípicas con unas consecuencias muy típicas

Estas lluvias son totalmente atípicas y nacidas de un repentino calentamiento de las aguas del mar, pero han descubierto, como lo hacen las lluvias estacionales y los eventos El Niño, una gran falta de prevención.

Por Elena Belletich Ruiz. 17 marzo, 2017.

 

lluvias y pavimentos (3)

Hay, al menos, tres récores históricos hasta el momento, según los registros existentes: las características de las lluvias que está sufriendo Piura y otras ciudades de la costa, incluyendo Ica y Lima;  el inesperado calentamiento del mar, debido a los vientos alisios y al debilitamiento del anticiclón del Pacífico sur; y el nivel de lluvias registradas en Las Lomas la semana pasada.

Este súbito calentamiento ocurrido en enero, explica el MSc. Rodolfo Rodríguez, nos llevó de una dramática sequía, entre noviembre y enero, a un periodo de lluvias intensas. En la primera  semana de marzo, las anomalías de la temperatura del mar, que en febrero eran de 4 a 5 grados centígrados han aumentado hasta 6 grados, con temperatura del mar frente a Paita, entre los 28 y 29 grados. Al 9 de marzo, continuaba en 28 grados en promedio.

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Msc. Rodolfo Rodríguez.

“El científico peruano Ronald Woodman estableció que si las temperaturas superan los 26 grados, hay que esperar lluvias todos los días. Y, de los 9 días de marzo, solo no llovió el segundo; y seguirá así, mientras dure este calentamiento, más aún teniendo en cuenta que por estacionalidad, marzo es el mes más lluvioso del año”,  explica Rodríguez.

No como El Niño
Aunque se ha denominado a este fenómeno ‘Niño costero’, según las definiciones científicas y los registros habidos hasta el momento, un evento El Niño comienza a gestarse en el Océano Pacífico al menos tres meses antes del inicio de lluvias. Y, el actual calentamiento, inició abruptamente en enero en el litoral de Chile, Perú y Ecuador.

En cuanto a las lluvias, hasta el momento, la Estación Meteorológica de la Universidad de Piura ha registrado un acumulado de 410 mm de lluvias (en el 2016, hubo solo 160 mm) y aún no termina marzo. Sin embargo, la cifras todavía es menor a la de los eventos El Niño, cuando se bordean los 2000 mm acumulados de lluvia”, indica Rodríguez.

Asegura que no hay un mayor impacto porque este calentamiento es solo costero  y no abarca la gran extensión oceánica a lo largo del Pacífico que hubiera podido traer muchas más agua caliente. Estas mismas condiciones son las que hacen que para la NOAA todo siga normal y diga que no hay un evento El Niño, solo un calentamiento anómalo del mar frente a la costa sudamericana.

Como características de este periodo de lluvias menciona: el alto grado de focalización y concentración, con nubes que tienen un desarrollo vertical. “Las precipitaciones pueden ocurrir en un área relativamente pequeña. Esto no suele suceder en otros periodos lluviosos”.

Cuencas, drenajes y pavimentos
Niño costero, lluvias atípicas o como se les quiera llamar, lo cierto es que los daños provocados hasta el momento son cuantiosos; y, lamentablemente, también han habido pérdidas humanas. Millones de pérdidas en agricultura, en infraestructura; escasez y encarecimiento de productos; graves problemas de salud; saneamiento, transporte, educación, entre otros.

En el 2016, aunque las anunciadas lluvias del evento El Niño no llegaron con la intensidad esperada, se realizaron algunas obras que han dado algunos resultados; pero, también se ha comprobado (una vez más) que falta mucho por hacer y que urge la planificación y organización, para solucionar los graves problemas.

Marina Farías 1
La M.Sc. Marina Farías, especialista en hidrología y drenaje pluvial urbano y vial, señala que los eventos recientes, a diferencia de los años de Fenómeno El Niño son de relativa corta duración pero de una intensidad muy alta, que incluso ha superado las lluvias más intensas registradas en 1983 y 1998. “A nivel urbano, los recorridos son cortos, esto implica que se generen los grandes volúmenes de agua acumulados en poco  tiempo, similares los que recordamos del FEN, que lógicamente acusan la falta de obras de drenaje en la ciudad”.

Explica también que con la construcción de la avenida Vice y el bombeo de aguas hacia el río, se solucionó un problema: “aunque no era una cuenca muy grande, causaba mucho malestar porque era un punto muy profundo y generaba álgidos problemas en la transitabilidad de un gran sector de la población. Ojalá, en el corto plazo, haya más inversiones como ésta que permitan mejorar nuestra calidad de vida en escenarios lluviosos que, al parecer, serán cada vez más frecuentes”.

Farías Zegada indicó que hay otras zonas que siguen siendo críticas, cuencas ciegas y zonas que cuando el nivel del río está alto, en vez de permitir drenar las aguas de lluvias, el río ingresa a la ciudad; por eso, se cierran las compuertas, anota.

Como está demostrado, dice, han faltado más obras; mayor efectividad en asignar los recursos o haber pedido más, si no los había. Además, contar con fichas técnicas para hacer las obras y capacidad técnica para organizar y planificar las necesarias.

El mercado modelo y otras joyas
La docente de la Universidad de Piura señala que la avenida Sullana tiene una pendiente muy pequeña; “con puntos ciegos en los que se encharca el agua. Esto va a suceder siempre porque no se ha pensado en un sistema integral que realmente mejore esta situación; o en el diseño de cunetas u otras alternativas. Simplemente, es un tema que no se ha abordado adecuadamente. Debemos ser conscientes de que la necesaria reconstrucción de nuestra red vial debe incluir sistemas de drenaje”.

Coincidiendo con Farías, el especialista argentino en materias viales, MSc. Gerardo Botasso, quien visitó la ciudad y dictó en la UDEP el curso Diseño, colocación y control de calidad de mezclas en frío, explicó que, en general, en Piura, “faltan obras de drenaje y desagües en general. Por ejemplo, frente al mercado la calle no tiene  escurrimiento y la pavimentación duró menos de 2 años”.

Gerardo-Botasso

Por otro lado, refirió que en la mayoría de vías vías de Piura, los materiales, las tecnologías y el proceso constructivo utilizado son inadecuados; tienen malos diseños o nulidad de diseño tecnológico; y, no existe control de calidad. 

Cuidado con las futuras construcciones
Marina Farías se refirió también a los daños ocurridos en diversas zonas de la ciudad, debidos a la falta de planificación en las construcciones. “Urge que se piense en las futuras construcciones, por un lado están los asentamientos ubicados en zonas muy vulnerables y por otros las construcciones de inversionistas foráneos que, en ocasiones, desconocen la problemática existente. Por ejemplo, cuando compran un terreno o van a invertir, piensan en la Piura seca, soleada y sin lluvias, y no prevén los periodos lluviosos ni evalúan la vulnerabilidad de los terrenos que están adquiriendo, construyendo como si lo hicieran en Lima. Eso hace que luego deban corregir muchas cosas, pero la corrección no es tan efectiva como la planificación oportuna”.

Felizmente, indica, ahora la Municipalidad ya está exigiendo, además de la factibilidad eléctrica y de saneamiento, “considerar temas pluviales y drenaje; pero debe poner mucho más énfasis en estos aspectos”.

Para Botasso, “la falta de infraestructura de drenaje y desagüe de las aguas es el problema central que atenta contra la durabilidad de todos tipo de obra vial. Por otro lado, la calidad de los materiales y de los procesos constructivos afectan la durabilidad de la infraestructura. En la planificación se debe considerar el diseño geométrico, y las obras hidráulicas necesarias. Este en la mayoría de los casos no se registra en la ciudad”.

Anota también que hace falta un diseño estructural, acorde al tránsito y al suelo del lugar. “Debe haber tecnologías con materiales más durables, polímeros, áridos 100% triturados, promotores de adhesión, por citar algunos. También debe haber procesos constructivos más eficientes. Todo ello está disponible en Perú; y, la mayor inversión inicial, disminuye los costos de mantenimiento y reparación”.

Dijo también, que las erosiones causadas por las aguas de lluvia o servidas podrían evitarse si se utilizaran “procesos de estabilización de las bases tales como con cemento portland o emulsión asfáltica”. Indicó que las tendencias actuales de la pavimentación usan asfaltos polimerizados mezclas asfálticas antiderrapantes o mezclas asfálticas drenantes”.

Es un buen momento para reflexionar respecto a la importancia de la organización y en la planificación; y, valorar la capacidad técnica y humana que hay en la Región.

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