Isabel Laos Levaggi (Comunicación) y María Gracia Rivas Quiroga (Ingeniería) participarán en el Congreso Internacional UNIV, que reúne a unos 3000 universitarios de todo el mundo. La experiencia incluye una audiencia con el papa Francisco.
Por Elena Belletich Ruiz. 28 marzo, 2018.Repensar el futuro es el tema elegido por el Congreso UNIV para su 50 edición, en la que se espera que los participantes, unos 3000 jóvenes procedentes de los 5 continentes, descubran con claridad cuál es su rol en el mundo y se planteen acciones concretas para contribuir al cambio.
“Repensar el futuro implica arriesgarse a actuar. La vida es una historia que se escribe en primera persona, pero nadie puede escribirla sin contar con los demás”, explican los organizadores. En palabras de San Josemaría, quien inspiró estos congresos, “ninguna vida humana es una vida aislada, sino que se entrelaza con otras vidas. Ninguna persona es un verso suelto, sino que formamos todo parte de un mismo poema.”.
Con su ponencia, Solidaridad en tiempos de crisis, las estudiantes de la Universidad de Piura, Adriana Laos (Comunicación) y María Gracia Rivas (Ingeniería), explicarán, tomando como referencia el fenómeno El Niño Costero ocurrido en nuestro país, por qué la esperanza, la unión y la solidaridad fueron los factores fundamentales que ayudaron a Piura durante la crisis e hicieron a sus ciudadanos más humanos.
“También queremos explicar el rol de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación en situaciones difíciles, como la ocasionada por el Fenómeno El Niño 2017, que fueron y serán necesarias para controlar y superar futuros desastres naturales”.
Las ganas de cambiar el mundo
“El objetivo de nuestro trabajo es mostrar que el hombre es protagonista de su historia y que es el único que puede cambiar las cosas en el futuro. Esta nueva generación, mucho más moderna, mecanizada y algo monótona, debe salir al mundo con esas ganas de cambiar el rumbo de las cosas, repensar nuestro futuro, querer que esto no se repita, por eso el trabajo se centra en la parte espiritual del hombre, sus valores, en específico la solidaridad, virtud que llevó a los peruanos a actuar ante la desgracia”.
En su trabajo, las universitarias, a través de sus vivencias, como testigos del sufrimiento de mucha gente, entre ellas familiares, que perdieron todo, y vieron menguada su salud tras los desbordes del río e inundaciones causadas por las lluvias, destacan la solidaridad surgida tras aquel desastre. La ayuda vino de todas partes: personas, familias enteras, jóvenes, instituciones y empresas también de otros lugares del país.
“En épocas de crisis, brota la solidaridad de las personas que han sido educadas en ella y su ejemplo impulsa a más personas. Su liderazgo y afán desinteresado de ayudar al bien común, prevalecen, aun en las personas que habían sido damnificadas. Es importante, entonces, no centrarnos en criticar y pensar en lo mal que está el sistema, la autoridad o el gobierno, sino en tener iniciativas para ayudar prontamente”, expresan en una de sus conclusiones.
Hay que humanizar la humanidad
Las jóvenes señalan la necesidad de “humanizar la humanidad” aunque reconocen que hay una valiosa reserva de solidaridad y generosidad en las personas, mucho más de las que menos tienen. “El vecino, el prójimo es el primero que actúa para ayudar en los casos de crisis. Luego vienen los gobiernos, para hacer la labor fuerte, pero de entrada la humanidad de tu prójimo vence cualquier sistema por muy organizado o robotizado que este sea”.
En cuanto al papel que cumplieron las tecnologías y los medios de comunicación, Adriana y Maria Gracia recuerdan: “Cuando sucedió el desborde del Río Piura, los medios de comunicación tradicionales como la radio y la televisión cumplían con informar lo difícil de la situación. Pero fueron los nuevos medios digitales y las redes sociales los que ayudaron a comunicar masivamente la situación, bastaron unos cuantos minutos para que la población se alertara”; sin duda, esta información oportuna evitó mayores desgracias para la población.
Si bien la cuota de solidaridad demostrada dio esperanza al pueblo peruano y confirmó que hay recursos humanos para lograr un auténtico cambio, aún hace falta crecer en ese sentido. Al respecto, las universitarias sugieren en su ponencia: “Promover campañas para fomentar la solidaridad en toda la ciudadanía, a través de las escuelas, empresas, universidades, etc., así habrá una mejor organización para enfrentar las crisis en cualquier momento”.