La real politique exige al jefe de estado tomar la decisión más sensata basada en los intereses del país, a pesar de las críticas y carencia de lealtades al interior de su propia bancada.
Por Carlos Hakansson. 05 junio, 2018.La debil posición del gobierno en el Congreso lo lleva a un necesario entendimiento con las distintas bancadas parlamentarias. El proceso de investidura al Presidente del Congreso de Ministros ha sido un buen primer paso, ahora le corresponde mantener el diálogo con las bancadas que le permitan gobernar sin mayores sobresaltos hasta el año 2021.
Las principales críticas que recibe el gobierno desde su propia bancada es la posible cercanía con la primera fuerza política en el Congreso; sin embargo, la necesidad de cruzar el hemiciclo para entenderse con una oposición que comparte mucho de su plan de gobierno, fue la tarea sin hacer del renunciante jefe de estado.
La real politique exige del jefe de estado una visión realista para ponderar las posibilidades que tiene de gobernar con o sin apoyo del Congreso, tomar la decisión más sensata y continuar a pesar de las críticas y carencia de lealtades al interior de su propia bancada parlamentaria, pues, a la decisión de conformar un gabinete sin unidad ideológica no se le puede sumar una orfandad congresal.
Si la primera fuerza política ha votado en favor de la investidura, le corresponde al jefe de estado tomar la iniciativa de trazar una agenda en común con las fuerzas políticas que lo han apoyado. No hacerlo sería una señal equívoca y casi suicida, imitadora de su predecesor que pasó casi dos años sin poner en marcha y navegar con velocidad crucero a dos consejos de ministros.