En nuestro entorno social, laboral o comercial el conflicto es natural. Aprender a manejarlos puede generar efectos positivos y reducir los gastos en tiempo, energía y recursos.
Por Posgrado y Extensión. 27 agosto, 2018.Antes de pensar en desarrollar técnicas de negociación, es conveniente aprender o reaprender nuestra forma de comunicarnos. La mayor parte de nuestros conflictos o la exacerbación de ellos podría solucionarse mejorando nuestra actitud o poniendo mayor énfasis en aspectos tan sencillos como escuchar, preguntar y hablar de forma cordial cuando sentimos que estamos ante ideas divergentes. El entorno y la necesidad de competir o de mostrar nuestra fortaleza hacen que perdamos la riqueza de entender el punto de vista del otro y de descubrir sus necesidades, intereses y sentimientos. Cuando sentimos que una idea no concuerda con la nuestra suele aparecer en nosotros un impulso de atacarla o de encontrar argumentos para desvirtuarla. Algunas profesiones inciden en ello, y suelen formarnos en la manera de enfrentar un conflicto. Profesiones u oficios en donde competir y ganar es la regla básica. Todo ello sumado al entorno agresivo en el que nos desenvolvemos.
En ese contexto, y con un sistema en el que se premia el éxito personal, los mejores negociadores suelen ser los que han acabado con el otro o los que han mostrado mayor ferocidad al momento de expresar sus ideas.
En el ámbito organizacional, obtener lo que se quiere perjudicando a la contraparte tiene consecuencias en el clima, la cultura o el futuro laboral de las personas.
Todo buen líder debe saber cómo manejar los conflictos. Los conflictos son parte de la vida, y comunes en el ámbito laboral. Aprender a manejarlos puede generar efectos positivos y reducir los gastos en tiempo, energía y recursos. Los conflictos no resueltos suelen destruir personas y organizaciones.