La revista científica italiana de bioética Medicine e Morale publicó un artículo de investigación del doctor Jaime Millás Mur acerca de las iPSC —alternativa al empleo de células madre embrionarias— y su uso ético.
Por María José Salazar. 06 agosto, 2018.La destrucción de embriones humanos para obtener células madre busca una clara utilidad biológica. Sin embargo, no es ético, pues supone acabar con la vida de muchas personas en desarrollo: los embriones.
¿Cuál es la solución? El doctor Jaime Millás Mur, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Piura, concluye que las iPSC (células madres pluripotentes) son una alternativa ética —aunque no consolidada— en su artículo “Uso clínico y ético de las células madres pluripotentes inducidas”, publicado en la revista científica italiana de bioética Medicina e Morale (ver aquí la versión en inglés y aquí la versión en español).
El principio de todo
¿Por qué es tan importante la obtención de células madre? El especialista explica que a partir de estas —de origen embrionario, de tejidos específicos o adultas— se ha logrado obtener en laboratorio diversos tipos de células, incluso neuronas, lo que ha llevado a plantear la posibilidad de curar, con ellas, diversas enfermedades. De hecho, ya se utilizan para algunas terapias.
“El problema ético surge específicamente con las células madre tomadas de un embrión humano sobrante de la fertilización in vitro, porque conlleva la muerte de aquel” afirma.
Surge Shinya Yamanaka
El descubrimiento de las iPSC, por parte del científico japonés Shinya Yamanaka, tiene un fundamento ético: “Los estudios preclínicos en animales y los ensayos clínicos se deben hacer con el respeto debido y teniendo en cuenta la dignidad absoluta de la persona humana. Yamanaka actuó con estos criterios y procuró extrapolar, en lo posible, los datos obtenidos con animales al ser humano, evitando la utilización de células de origen embrionario”.
El doctor Millás Mur explica que los usos más destacables de las iPSC, hasta el momento, han sido: la posibilidad de crear modelos de diversas enfermedades, como Alzheimer o Parkinson; la facilidad para descubrir nuevos fármacos, y la obtención de células que puedan trasplantarse a zonas afectadas por enfermedades degenerativas.
Nuevo dilema ético
El profesor señala que, a pesar de todos sus beneficios, el descubrimiento de las células iPSC ha abierto un nuevo dilema ético: su utilidad para obtener gametos y embriones humanos, “lo que ensombrece su impecable punto de partida. No es justificable”.
“Yamanaka nunca buscó obtener células germinales para lograr una clonación humana. Clonar seres humanos va contra la ética más elemental, como sostienen unánimemente los bioeticistas y la inmensa mayoría de científicos”, añade.
Según el experto en bioética, “en el fondo, esto ocurre en muchos avances científicos: su bondad depende también de los fines para los que se utiliza. En definitiva, no será suficiente dar normas para el buen uso de la tecnología con iPSC. Habrá que fomentar la formación ética de las personas e instituciones para que la utilicen correctamente”.