Conocer las pulsiones afectivas de un paciente para entender el porqué de sus decisiones, y respetar el lazo de confidencialidad y la relación profesional, son requisitos para llevar a cabo una terapia exitosa.
Por Daniela Cerna. 26 octubre, 2018.La psicoterapia se define como el tratamiento que busca cambiar los pensamientos, sentimientos, y conductas en una persona que se encuentra en un estado de desánimo. Para realizarla, el profesional debe contar con cualidades que faciliten este cambio, mantener una buena relación con el paciente y trabajar con ética.
Durante las jornadas organizadas por el programa de Psicología de la UDEP, el psiquiatra Germán Maravilla, fundador y director Médico de la Clínica Los Tilos en Argentina, indicó que es básico construir una relación sólida con el paciente, que permita reconocer cuáles son los valores afectivos que este tiene y que lo impulsarán a tomar decisiones en los distintos ámbitos de su vida.
“Cuando se genera confianza, de forma legítima, el paciente confía en que lo que comenta es entre nosotros dos. Siendo así, debemos acompañarlo con cordialidad, afectuosamente, para identificar cuáles son las pulsiones afectivas que lo llevan a tomar decisiones y poder sintonizarlo, coordinarlo e ir hacia el objetivo propuesto en la terapia”, comentó durante su ponencia “La afectividad y la psicoterapia”.
¿Amigos o pacientes?
Por su parte, la doctora Montserrat Giner Lladós, directora de la Unidad Terapéutica de Asistencia Psicológica CEU, España, indicó que se debe procurar evitar las relaciones duales. Estas se producen al establecerse roles distintos al profesional, siendo las más comunes las relaciones amicales, de empleados, financieras, de servicios e incluso las sentimentales y sexuales. Cualquiera de estas pone en riesgo la objetividad del profesional y puede interferir en la eficacia de sus funciones como terapeuta.
“Según el código ético de la APA (American Psychological Association), los psicólogos se abstendrán de cualquier intimidad sexual con pacientes actuales. Tampoco aceptarán tener relaciones con pacientes antiguos durante al menos dos años después de la relación profesional”, remarcó Giner.
Del mismo modo, la experta resaltó la importancia de la confidencialidad. Si el paciente ve que su confianza ha sido defraudada, no querrá brindar mayor información ni continuar con el tratamiento, incluso con cualquier otro profesional.
“La confidencialidad es una obligación siempre que no exista un peligro que atente contra la vida del paciente o la de terceros, si es así, debemos hablar. Hay que entender que esta tampoco es absoluta, sino relativa”, acotó la experta.
En el tercer día de las Jornadas de Psicología, el vicedecano del programa académico de Psicología de la UDEP, Raúl Franco, expuso la “Dimensión espiritual e hipnosis”. Abordó el tema de la hipnosis como herramienta terapéutica ligada a los aspectos más profundos del hombre.