Dominar una segunda lengua no solo te enriquece académicamente, sino que te da la oportunidad de ayudar a otros a comunicarse. Así sucedió con los traductores voluntarios UDEP que apoyaron la misión del USNS Comfort.
Por Elena Belletich Ruiz. 12 noviembre, 2018.El USNS Comfort llegó a nuestro país el 28 de octubre, desde el Puerto Esmeralda (Ecuador), para llevar a cabo actividades sanitarias en los servicios de dermatología, optometría, dental, terapia física, nutrición y en procedimientos quirúrgicos menores, en la ciudad y el puerto de Paita. Para tal fin, la embarcación cuenta con quirófanos y salas posquirúrgicas y un banco de sangre de cinco mil unidades.
Esta acción social fue coordinada con los ministerios de Defensa y de Salud, el Gobierno Regional de Piura, el Centro de Idiomas de la Universidad de Piura, los gobiernos locales, entre otras instituciones.
“Una experiencia muy linda. Es la primera vez que hago una labor de voluntariado en la parte de Medicina, ayudando a la gente”, comenta Ricardo Cruzado, exalumno de Ingeniería Mecánico Eléctrica de la Universidad de Piura. Junto a él, más de 70 voluntarios (estudiantes y trabajadores de la UDEP) apoyaron a los profesionales extranjeros a cumplir su misión, pues fueron intérpretes de los pacientes y de los médicos.
“Hubo pacientes de Tumbes, Talara, Paita, Chiclayo y otros poblados, quienes llegaron buscando una atención médica. Asimismo, se presentaron problemas diversos: niños con labio leporino, estrabismo, muchos discapacitados”, refiere Lourdes Landa, profesora del Centro de Idiomas de la UDEP y asistente del Center manager para los exámenes Cambridge.
“Los chicos estuvieron muy dispuestos a ayudar y contentos porque estaban aprendiendo mucho. Esta experiencia es de intercambio cultural, de diplomacia internacional. Los participantes ganan mucho en diferentes aspectos y, como siempre, demuestran el espíritu de servicio que potencian en la UDEP”, señala Landa.
¡Qué importantes son los traductores!
Chief Gregory, de la Marina de los Estados Unidos, destacó la importancia de los voluntarios. “Ayer, por ejemplo, atendimos 800 pacientes. No lo hubiéramos podido hacer sin su ayuda. Necesitamos información exacta, la documentación adecuada y entender al paciente, saber lo que necesitan, sus síntomas. Gracias a los intérpretes pudimos hacer eso”.
El visitante agregó que, aunque cuentan con personal que habla español, “lo que saben no está ni cerca de ser suficiente. Ha sido muy útil que ustedes hayan podido venir a ayudar; los chicos son extremadamente concentrados. No todo era traducción directa de inglés a español, de hecho, hay muchos términos médicos, que ellos hicieron mucho más fácil explicar”, anota.
“Yo veía que muchas familias no sabían qué tenían los niños, las mamás tampoco. Ha sido bueno poder ayudar. Si bien en algunos casos no se les puede curar, al menos ya tienen un diagnóstico, para poder tratarlo en un futuro”, dice Ricardo.
¡Practica tu inglés!
Como esta, hay muchas otras ocasiones en las que los jóvenes y adultos pueden poner en práctica sus conocimientos de inglés. “En Piura sí hay oportunidades de practicarlo, y, muchas. Hay diversos grupos de voluntarios: Médicos sin fronteras, del Gobierno, de ONG o de fundaciones que vienen a hacer acciones sociales. Solo es cuestión de enterarse, anotarse y estar dispuestos. No necesitamos viajar o vivir en un país extranjero para aprender el idioma”, señala la profesora Landa.
“Es una experiencia enriquecedora y, sobre todo, que nos da la gran satisfacción del trabajo bien hecho, después de un día agotador. ¡Vale la pena!”, dice Lourdes.
Para María Elena Burgos, analista de sistema y trabajadora de la Universidad de Piura, ha sido una grata experiencia. “Hemos compartido mucha cultura y adquirido más conocimiento sobre Medicina, en mí experiencia, de Oncología, Cardiología y Medicina general. Además, los médicos explican muy bien los procedimientos, nos compartieron entrenamientos de medicina de cada especialidad, para que sepamos más y podamos manejar palabras técnicas en inglés.
Como anécdota, recuerda la paciencia y buen humor que hace falta para la atención de niños: “En la especialidad de Odontología, me tocó apoyar a los médicos en la atención de muchos pacientes infantiles. Ellos necesitaban mucha paciencia, buen humor y una buena disposición con los niños y el personal médico·, expresa.
Aunque han sido jornadas agotadoras, María Elena cree que ha sido una linda experiencia: “es la primera vez que participo apoyando al buque norteamericano y espero poder hacerlo en próximas oportunidades”, acota.