El doctor Antonio Mabres, vicerrector de Investigación de la UDEP, hizo un recorrido histórico de la Universidad a lo largo de sus casi cincuenta años, durante la Apertura del Año Académico 2018.
Por Koko Zavala. 21 abril, 2018.El doctor Antonio Mabres, vicerrector de Investigación de la Universidad de Piura, dirigió la lección inaugural: “La influencia de la Universidad de Piura en su entorno. Una reflexión a puertas de los 50 años de la UDEP”.
Ante los titulados, graduados de maestrías y doctorados, el Dr. Mabres aseguró que la UDEP mantiene su objetivo de ser una auténtica universidad basada en el espíritu de servicio a la sociedad y el ideal de formar “mejores personas, mejores profesionales”.
Con anécdotas y ejemplos, detalló el recorrido y aporte a la sociedad de la Universidad de Piura en estos 49 años, señalando que es ahora una realidad espléndida que comenzó en medio de arenales salpicados por algunos algarrobos,. Hoy, dijo, es el ámbito de una vida universitaria intensa de más de 400 profesores y unos 6000 estudiantes en diversos programas de pre y posgrado en 6 facultades en medio de un bosque que alberga una fauna silvestre notablemente diversa.
UDEP y la sociedad
“Esta transformación del campus de Piura – dijo- es símbolo de la evolución que ha tenido la Universidad: ha crecido, ha madurado y ha formado a miles de profesionales que contribuyen a la mejora de la sociedad piurana y peruana. Se ha ido haciendo una verdadera universidad con vocación y capacidad de servicio al país y el mundo”.
La UDEP, expresó fiel a su espíritu fundacional, irradia “la luz del conocimiento a través de lo que le es propio: la búsqueda de la verdad y, en consecuencia, una docencia y una investigación que cuyo fin es ayudar a huir de las tinieblas del atraso, la ignorancia, la pobreza, la inacción, la corrupción y el abandono”.
Gratitud a los pioneros
Señaló que todo esto es motivo de gratitud, en primer lugar, al fundador San Josemaría Escrivá, y a quienes secundaron su deseo de que se hiciera realidad lo que le pidió el arzobispo de Piura, Mons. Erasmo Hinojosa, en Roma en diciembre de 1965. También a los promotores, que trabajaron desde la Asociación para el Desarrollo de la Enseñanza Universitaria, ADEU, en el diseño del proyecto, en su aprobación (el 12 de junio próximo se cumplirán 50 años de la Ley) y en su implementación en Piura y a quienes en Piura apoyaron el proyecto con la donación de los terrenos del campus y a otros muchos benefactores imprescindibles en aquellos inicios.
Al mencionar a los protagonistas de esos primeros pasos, destacó el papel cumplido por el primer rector, Ing. Ricardo Rey, que con otros 8 profesores y algunos administrativos se instalaron en Piura y tantos eminentes profesores que fueron llegando después.
Agregó: “estos primeros 50 han sido años de aprendizaje; y seguirán siéndolo los que vendrán, porque tenemos que aspirar siempre a más: a ser una universidad de primer nivel mundial, como nos pidió en agosto de 2010 el Gran Canciller, Mons. Javier Echevarría. Y en ese objetivo tenemos que poner lo mejor de quienes integramos la Universidad de Piura, y seguir encontrando la ayuda valiosa de colegas de otras universidades, en un renovado esfuerzo de cooperación interinstitucional dirigido a la internacionalización de nuestro trabajo académico”.
Mejorar el entorno
El doctor Mabres señaló que en los trabajos de investigación, la docencia y la investigación realizados, se demuestra la vocación de la Universidad por formar profesionales y llevar a cabo investigación e innovación que contribuya al mejoramiento de nuestro entorno y de toda la sociedad. “No podemos claudicar de esta misión, desde nuestra identidad que es el estudio y profundización en los saberes y en su aplicación”.
“Los retos para lograr la excelencia los tenemos claros: seguir buscando la excelencia personal de cada uno de los profesores, y para ello siempre fomentar esta relación entre colegas y maestros. Y seguir promoviendo una mayor colaboración con colegas de otras universidades, así como los demás actores: el gobierno y las empresas”, anotó.
Mencionó en ese sentido, el proyecto de Agenda Regional en el que participan el Gobierno Regional, la Cámara de Comercio y Producción de Piura, la Universidad Nacional de Piura y la Universidad de Piura, con financiación del Concytec. “Es solo un punto de partida, que nos muestra el camino: sumar esfuerzos, cada uno desde su ámbito, pero con una buena coordinación que requiere confianza, trabajo en equipo, y muchos más valores que son los que la Universidad de Piura procura encarnar en su trabajo y transmitir a sus egresados”, expresó.
Al terminar, planteó una pregunta que mira al futuro: “dentro de 50 años, cuando la Universidad de Piura celebre su primer centenario, ¿qué balance sacarán entonces quienes lleven las riendas de esta magnífica empresa humana? Con seguridad, enumerarán centenares de proyectos. Sus campus estarán más vivos. Su influencia habrá llegado a más rincones del mundo. Pero, sobre todo, estarán agradecidos porque los hombres y mujeres de la Universidad de Piura les habrán señalado un camino de fidelidad al espíritu universitario fundacional –de búsqueda de la verdad y afán de servicio– que impregnó San Josemaría cuando alentó para que esta obra se levantara en medio de un desierto”.