Nuestra capital esconde una historia en el origen de su fundación y de su nombre. En su 484 aniversario nos acercamos a este tema.
Por Dirección de Comunicación. 18 enero, 2019.“Por todas las excelencias que en ella ocurren, solo le faltan años para poder competir en grandeza y majestad con las (ciudades) más nobles de Europa. (…) Desde sus inicios no fue poblada ni con chozas de gente rústica, sino con mucho acuerdo por valerosos capitanes conquistadores de extraños reinos”. Esa es la referencia del cronista español Bernabé Cobo, en un párrafo del manuscrito “Historia de la fundación de Lima”, quien por el año 1639, veía con ojos de optimismo el desarrollo de nuestra siempre diversa capital.
Pero, ¿siempre fue Lima la capital del Perú? ¿Por qué es, al día de hoy, la principal ciudad del país?
El docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Piura, magíster Pável Elías, recuerda las enseñanzas del doctor José Antonio del Busto, uno de los historiadores que investigó sobre el tema, quien en “Fundadores de ciudades en el Perú” señala que el lugar escogido para ser la primera capital de su Gobernación Nueva Castilla fue el sitio de Jauja, por su ubicación estratégica al quedar entre San Miguel y Cusco.
Por ello, dice del Busto, quien fuera profesor visitante de la UDEP, “se realiza su fundación el 25 de abril de 1534. Pero esta primera capital presentó prontamente muchos inconvenientes a sus vecinos. El sitio estaba alejado del mar y sufrían los efectos de la altura, el frío extremo y la falta de leña. Además, la incursión de Pedro de Alvarado, al norte de la gobernación de Pizarro, le pudo haber hecho reflexionar en el sentido de no dejar desamparada la costa”, comenta el docente.
Elías agrega que el mismo cabildo primigenio de Jauja, acuerda enviar una expedición a la costa con miras a lograr ubicar un territorio propicio para una nueva fundación de ciudad hispana, que se convierta en la nueva capital de la Nueva Castilla.
Los Reyes
El gobernador Francisco Pizarro estuvo de acuerdo y de este modo, en la mañana del 18 de enero de 1535, fundó la ciudad de los Reyes del Perú. “Del Busto señala que Pizarro la nombró así en honor de los tres Reyes Magos, en cuya fiesta –6 de enero, la Epifanía– salieron a buscar el sitio tres españoles desde Pachacamac. La fundación se hizo en el territorio indígena llamado Lima, paraje lleno de arboledas, junto al río Rímac, y que era dominio del curaca principal Taulichusco”, indica el profesor Elías.
Del Busto refiere que el primer solar de la naciente urbe fue para el templo, que Pizarro advocó a Nuestra Señora de la Asunción. A continuación, hizo el reparto de los indios entre los vecinos fundadores de la ciudad, así como el reparto de tierras para que edifiquen sus respectivos solares. Entre los principales vecinos fundadores menciona a Alonso Riquelme, Francisco Martín de Alcántara, Jerónimo de Aliaga, Nicolás de Ribera –el Viejo, Nicolás de Ribera– el mozo, Diego de Agüero, entre otros. El acta de la fundación la redactó el escribano Domingo de la Presa. Los primeros alcaldes de esta ciudad fueron Nicolás de Ribera, el Viejo, y Juan Tello de Guzmán.
En su obra, el historiador también menciona que desde sus inicios la ciudad se caracterizó por sus calles rectas y sus solares cuadrados. Su edificación incluía, además de la iglesia y casa para los vecinos encomenderos y moradores que fueron llegando, sitio para la casa del gobernador, el cabildo, las órdenes mendicantes que se iban a instalar en la naciente ciudad (franciscanos, dominicos, etc.), la picota en la plaza mayor, el hospital, la cárcel, entre otros. La capital fue creciendo muy rápido y en los sucesivos años contará con sastrería, zapatería, carpintería, herrería, espadería, cerrajería y carnicería”.
Lima
Sobre la denominación de la ciudad, historiadores como del Busto especifican que el nombre español de la ciudad de los Reyes prevaleció en toda la documentación oficial de los siglos de la presencia hispana en el Perú, pero el nombre indio de Lima, por ser más corto y fácil de pronunciar, fue el que terminó prevaleciendo.
“Esta es la historia de nuestra hoy capital de la República, que este año cumple 484 años de fundación hispana, la misma que pese a los diversos y múltiples problemas que ha tenido que soportar a lo largo de estos siglos (políticos, sociales, telúricos, etc.), sigue en pie, creciendo, avanzando y ayudando en el desarrollo tanto material como espiritual del país”, enfatiza el magíster Elías. “A puertas del Bicentenario y, a 16 años del centenario de su fundación, deberíamos reflexionar sobre el papel que ha desempeñado, pero también en el que debe desempeñar en el desarrollo y en el progreso del Perú, desde su calidad de capital de nuestra nación”, remarca el docente de la Facultad de Humanidades.