En el año de festejos por sus Bodas de Oro, Campus Piura hizo un alto en sus labores académicas, administrativas y operativas para celebrar con sus trabajadores... ¡Fue un día de una verdadera fiesta!
Por Tania Elías. 25 julio, 2019.Se anunció como “¡Un día para compartir!” y fue más que eso. Quienes hacen la UDEP desde Piura se prepararon, como se debe, para el gran día. Las movidas de confraternidad comenzaron dos semanas antes: distribuidos en 8 grupos, los más de 700 trabajadores empezaron a coordinar cómo participarían en Vive UDEP: con distintivos, eslóganes, barras, pancartas, etc.
Cada equipo, identificados por colores, empezó a buscar el talento entre sus más de 90 integrantes, para preparar un número que debían mostrar el 10 de julio, en el anunciado show artístico. Fue una gran oportunidad para conocer a compañeros de diferentes áreas, todos con responsabilidades diferentes, pero compartiendo el cariño por la UDEP.
Las convocatorias por email y grupos de WhatsApp, iban y venían. Algunos con mensajes informativos, otros alentadores como “¡Sigamos avanzando!” y unos más orientadores dando cuenta del avance y la colaboración a la que se podían sumar profesores, administrativos y personal de servicios.
El entusiasmo se contagiaba e iba en aumento, a medida que llegaba el día. “Yo puedo bailar”, “Yo canto”, “Ustedes pueden tocar cucharas para la peña”, “¿Alguien toca algún instrumento?”, “Nos falta gente que participe en la barra”, fueron algunos de los mensajes que se pasaron por los grupos. La publicación de fotos y videos de los ensayos fue animando a todos para el ViveUDEP. Además, la amistad iba más allá de los colores y pese al “top secret”, muchos compartían en sus áreas algunas pinceladas de la sorpresa que preparaban.
Todo fue quedando listo y el 10 de julio llegó.
¡Comenzamos!
A las 10:00 a. m., la playa de estacionamiento de la Facultad de Derecho se vistió de colores. Celeste, verde, anaranjado, blanco, morado, amarillo, azul y rojo invadieron esa zona del Campus Piura. Los globos, gorros y polos de estos tonos y su variada intensidad alegraban el ambiente e incentivaban el aliento de cada barra por su grupo y por la UDEP.
Cada equipo iba ocupando el lugar asignado y, así, el día para compartir comenzó. Una dinámica unió a los trabajadores en un gran abrazo dejando de lado por un momento los colores. Contar un chiste, comentarle al compañero del lado sobre la persona que más aman y decirle por qué valoran a la UDEP ayudaron a preparar los ánimos.
Fue una mañana en la que la sana competencia no faltó. Una primera actividad permitió acercar a los integrantes de los grupos, experimentados y jóvenes, con la historia de la Universidad. “¿Quién ofreció la primera lección inaugural?”, “¿Qué familias donaron el terreno?”, “Mencione los rectores de la UDEP”, “¿Qué obispo piurano solicitó a san Josemaría crear una universidad en Piura?”, “¿Cuándo se inauguró el primer año académico?” “¿Cuándo se iniciaron las clases?”, entre otras.
A los puntos logrados, se sumaron después los de la competencia en la que 35 integrantes debían mantener en una tela, pelotas pequeñas y globos; y otra en la que 40 personas debían hacer un camino con 10 toallas para ir pasando un globo con agua hasta la meta. La competencia se fue animando, más aún con las barras que alentaban a los equipos. Fue un reto duro. Los puntajes parciales, subían y bajaban.
Las mayores pruebas
Luego vendría el reto mayor: el trabajo de todo el equipo para resolver más de 30 pruebas. ¡Y era, verdaderamente, en equipo! Unos integrantes tenían el encargo de buscar por todo el campus, los materiales escondidos, necesarios para ejecutar las actividades programadas. En la espera, los otros se organizaban para dividirse las sopas de letras, sudokus, armado de castillo de naipes y de 200 aviones de papel, pintado de figuras, jenka, rompecabezas, tangram, recolección de 150 firmas, construcción de una casa con palitos de helado, toma de 10 fotos en grupo con 25 integrantes del color, hacer un acróstico con UDEP, entre otras. Conforme lo lograban, obtenían una letra para una frase.
A pesar del esfuerzo, los grupos obtuvieron entre 14 y 25 letras. Sin embargo, al final del reto, que demandó casi una hora, la frase era clara: “Mejores personas, mejores profesionales”, un mensaje que desde hace 50 años inspira a quienes hicieron, hacen y seguirán haciendo la UDEP como su razón de ser.
La última gran prueba, y que divirtió a todos más allá de los colores, fue el show de talento. Las presentaciones incluyeron musicales en vivo, teatro, bailes (de rock, cumbia, marinera), parodias de cantantes, así como la intervención de la barra. Todos eran UDEP, ViveUDEP.
A una sola voz por los 50
En esta fiesta, en la que se remarcó que en UDEP, la pieza clave es cada trabajador, el momento especial fue el que unió las voces de todo el personal: el cumpleaños feliz y Las mañanitas. El rector Antonio Abruña apagó las velas por estos 50 años. “La Universidad la hacemos todos y es una oportunidad que todos esperábamos para celebrar. Más allá de los colores, todos somos UDEP”, dijo mientras la gente aplaudía. El “¡Viva la UDEP!” que pronunció fue también acompañado por palmas y gritos.
Y llegó el momento de conocer puntajes. Pero no solo ganó el amarillo, sino ¡todos, los más de 600 participantes!
Como en toda fiesta, el baile siguió. Hubo torta y sorpresa para cada invitado. Fotos del recuerdo de un cumpleaños de oro en el que cada integrante dio lo mejor de sí: su alegría, entusiasmo, perseverancia, reflejo de cómo se vive en la UDEP, porque quien la hace, ViveUDEP cada minuto. Se siente desde hace 50 años y seguirá haciendo camino por muchas décadas más. ¡50 años son solo el comienzo!
Más imágenes de ViveUDEP, aquí.