03

Oct

2019

34 años de trabajo bien hecho

¡Adiós, señor José Siancas!

El 26 de setiembre, falleció en Piura José Andrés Siancas Castillo, quien trabajó en nuestra universidad desde 1985. El campus verde de Piura guardará como huella indeleble la dedicación que puso en su cuidado.

Por Elena Belletich Ruiz. 03 octubre, 2019.

La historia de la Universidad de Piura la han forjado los pioneros y promotores, los docentes, administrativos y estudiantes que han ido pasando por la UDEP en estos 50 años; así como el personal operativo, como José Siancas, él también es parte de esta historia.

Trabajó, hasta su partida, en el área de Bosques y Jardines de la universidad, como lo sigue haciendo su hermano Carlos. Tras casi 26 años de trabajo bien hecho, el 2011 recibió la Medalla de la Universidad por sus años servicio.

Y, hace pocos días, recibió otra una muestra de gratitud, del rector Antonio Abruña, por el trabajo desplegado, por él y sus compañeros del área, para la realización del Encuentro de Oro.

José Siancas era el padre amoroso de Roberto, Liliana y José, a quienes cuidó con mayor empeño desde que murió su esposa Luz.

En palabras del doctor Ignacio Benavent, “José era considerado como un padre para los pavos reales, venados, zorros y otras especies que corrían libres por el campus y a los cuales cuidaba con especial esmero. Era el hombre clave para el monitoreo de las especies vegetales y animales del campus, era ´el eterno caminante’”.

El doctor Benavent solía decir, cuando se le preguntaba por el número de venados que hay en Campus Piura: “Todo el mundo cree saber cuántos venados hay. Pero ello, es imposible. Sólo José lo sabe. Así que existen dos cuentas, la oficial y la de José. Durante los primeros años, hasta los bautizaba”, bromeaba.

Al respecto, su exjefa Doris Peña dice fue un apoyo importante en el recojo de información de la cosecha de algarroba, conteo del material maderable (leña), y la contabilidad de los animales.

Sus compañeros y quienes lo han conocido dentro y fuera de la universidad recordarán siempre su laboriosidad, su carácter callado, y bromista al mismo tiempo, y su actitud siempre dispuesta al compañerismo. ¡Descansa en paz, José!

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