22

Ene

2020

ARTÍCULO DE OPINIÓN

Conociendo las ventanas de nuestra personalidad

“Conocerse a uno mismo es difícil porque se pone en juego nuestra racionalidad, nuestros miedos y pasiones. Conocerse a sí mismo, ayuda a comprender a los demás y la realidad que nos rodea”. (Alejandro Magno).

Por Jaime Ancajima. 22 enero, 2020.

Las relaciones interpersonales son muy importantes para vivir y convivir armoniosamente en todos los ámbitos sociales. Juegan un rol esencial en el desarrollo integral de la persona. Precisamente, en la búsqueda del autoconocimiento, los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham crearon La ventana de JoHari, usando las primeras letras de sus nombres en este término.

Esta herramienta es muy útil para el autoanálisis, y se puede aplicar en cualquier área de la vida familiar, amical, laboral, estudiantil, etc. Este modelo ayuda a comprender cómo procesamos la información y cómo varía la percepción que tenemos de nosotros y de los demás, para lo cual, necesitamos estar abiertos a los comentarios de otras personas, para conocernos mejor.

Pilar Torrijo Gijón, en “El blog del mando intermedio”, explica las cuatro áreas de la JoHari. El área pública: es la parte de nosotros mismos que los demás también ven. Son comportamientos, buenos o malos, que dejamos al descubierto. Según la teoría, si en una persona predomina esta área, vive de modo más armónico y sano, “pues se muestra tal cual es, se conoce a sí misma y no vive con miedo a que los demás la conozcan”.

El área ciega es la que los otros perciben y nosotros no; lo que los demás saben de nosotros y no nos cuentan, o comunicamos sin saberlo. En muchas ocasiones, esta es la fuente de nuestros problemas de comunicación. No es fácil aceptar este tipo de información (una característica negativa que no reconocemos) sobre nosotros mismos.

El área oculta es el espacio personal privado; lo que sabemos de nosotros, pero que no queremos compartir. Son sentimientos, ideas, secretos, miedos; cualquier cosa que queremos ocultar porque pensamos que no nos van a comprender, apoyar o aceptar.

Finalmente, el área desconocida es la parte más misteriosa del subconsciente que ni uno mismo ni los demás percibimos. Ahí están las capacidades o habilidades ocultas. Una ventana desde donde podemos explorar cosas nuevas; donde se encuentran los sentimientos reprimidos, miedos desconocidos, fobias, y comportamientos condicionados desde que éramos niños.

Si deseamos conocernos mejor, esforcémonos por mejorar el área ciega. Pidamos retroalimentación sobre nuestro actuar a las personas más cercanas. Que nos digan honestamente lo que opinan de nosotros. También es importante reducir el área oculta, especialmente con la familia o amigos; ocultarles cosas podría causarnos problemas en el presente o en el futuro. Siempre es mejor ser honestos en nuestras relaciones.

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