Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta y cada uno de nosotros experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de nuestras experiencias anteriores, aprendizaje y del contexto.
Por Jaime Ancajima. 10 febrero, 2020.“Los investigadores han encontrado que, incluso más que el cociente intelectual, la conciencia emocional y habilidades para controlar sentimientos determinarán nuestro éxito y felicidad en todos los ámbitos de la vida, incluyendo las relaciones familiares”, (John Gottman).
Las emociones son las reacciones positivas o negativas que mostramos frente a algunas situaciones o información que recibimos. Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta y cada uno de nosotros experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de nuestras experiencias anteriores, aprendizaje y del contexto.
Canarias es la primera comunidad autónoma en España que ha incorporado la asignatura de Educación Emocional en sus colegios para potenciar el desarrollo emocional de los alumnos, como complemento indispensable del desarrollo cognitivo.
Desde el 2014, alumnos de primero a cuarto de primaria, de seis a nueve años, tienen 90 minutos semanales de esta asignatura. En clase, aprenden a identificar sus estados de ánimo y ya tienen algún resultado: “Ha cambiado el clima del aula, ahora piensan mucho antes de insultar a un compañero o juzgarle. Han perdido el miedo a decir que se sienten tristes y buscan soluciones”, cuenta Mónica Viña, directora del colegio público La Laguna, en la isla de La Palma. En el País Vasco, el innovador centro educativo Osotu Lanbarri ha puesto en marcha metodologías basadas en la educación emocional, la atención a las inteligencias múltiples y el respeto a la individualidad de cada escolar, con excelentes resultados.
El psicólogo Daniel Goleman aconseja enseñar a los niños a identificar las emociones positivas o negativas, a comprender por qué se sienten así, para ayudarles a gestionar y controlar sus reacciones ante los demás. Es importante que desde la casa y en la escuela podamos enseñarles, con nuestro ejemplo, a gestionar adecuadamente sus emociones, para que sean capaces de enfrentarse a los problemas cotidianos que se les presentan.
Goleman recomienda a los padres que enseñen a sus hijos a no reprimir sus emociones y que aprendan a expresar lo que sienten de acuerdo con el momento, la situación y las personas presentes; dedicarles tiempo para crear espacios de diálogo y respetar y comprender que, a veces, ellos no necesitan consejos, solo que los escuchen y comprendan.
A los profesores, les recomienda hacer reflexionar a los alumnos sobre sus fortalezas y debilidades, y controlar la expresión de sus estados emocionales para desarrollar la empatía, crear seguridad para la expresión de sus sentimientos y potenciar la motivación.
Enseñar a los niños a manejar sus emociones ayudará a prevenir la depresión, la agresividad, el estrés, las adicciones, entre otras. El autocontrol de nuestras emociones nos puede ayudar a tomar decisiones adecuadas y a elegir lo más adecuado.