Es urgente que se reactive el sector formal de la economía que, por su estrecha relación económica con el sector informal, reactivaría también al sector de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Por Guillermo Dulanto. 17 junio, 2020.Actualmente, nos encontramos en la fase 2 del proceso de reactivación económica dictado por el Gobierno. Los resultados, hasta el momento, son decepcionantes. Luego de la obligada -y justificada- cuarentena a la que se sometió a la población (no entraremos en detalle si estuvo bien o mal manejada) la economía nacional tiene pésimas proyecciones hasta la culminación del año.
En su último informe del 8 de mayo, el Consejo Fiscal estima que el PBI del año 2020 podría caer entre 10 y 20%.
El largo período de cuarentena y la deteriorada situación económica de las familias vinculadas a actividades informales, las ha obligado a salir a trabajar sin contar con los mínimos protocolos que puedan proteger su vida y la de las personas con las cuales tienen contacto. Desde el punto de vista macroeconómico, el aporte del sector informal al PBI solo es del 18%; por lo tanto, es urgente que se reactive el sector formal de la economía que, por su estrecha relación económica, reactivaría también al sector de micro, pequeñas y medianas empresas (muchas de ellas son informales o tienen trabajadores en esa modalidad).
¿Qué sectores formales deben reactivarse? Manufactura, cemento, metalmecánica, minería, pesca industrial, restaurantes, hoteles, transporte, entre otros (en Piura, la agroindustria ha mantenido su producción en varios productos de exportación). Esto provocaría un efecto circular positivo, ya que implicaría que trabajadores formales e informales volverían a demandar bienes y servicios para la renovada oferta de las empresas.
La fase 1 del proceso de reactivación económica ha tenido muchos problemas vinculados a las desmedidas exigencias en los protocoles sanitarios, demora burocrática y superposición de instituciones en el manejo de esta fase. En la fase 2, se han tratado de corregir algunos errores; pero, persiste el empeño de entregar toda la responsabilidad en el diseño y ejecución de los protocolos a un Estado que no funciona (y no funciona ahora y no funciona desde hace muchas décadas. Ver artículo diario El Tiempo, 24/5/2016).
Creo que el Gobierno nacional debería apoyarse más en el sector privado, en las organizaciones locales y en los gobiernos regionales, para el diseño y puesta en marcha de los protocolos sanitarios. El objetivo debe ser ingresar nuevamente en el círculo virtuoso: producir, dar empleo, demandar y volver a producir. En todo caso, luego de esta pandemia se pondrán en el tapete problemas que ya eran conocidos, pero que no eran abordados por la clase política, tales como: Reforma del Estado, descentralización e informalidad.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.