Este tiempo de pandemia, en los que no tenemos antecedentes de una crisis de esta magnitud, nos lleva a replantear los pronósticos, considerando la vida humana como el recurso más valioso que tenemos.
Por Brenda Silupú. 16 junio, 2020.Muchas veces hemos escuchado, en el campo de las finanzas y de la economía, que el pasado es el mejor pronóstico de lo que puede suceder en el futuro. Así, el individuo que se supone que es racional actúa motivado por factores sociales o tradiciones y/o costumbres que influyen en su comportamiento. Ahora, este tiempo de pandemia, en los que no tenemos antecedentes de una crisis de esta magnitud, nos lleva a replantear los pronósticos, considerando la vida humana como el recurso más valioso que tenemos.
Desde el punto de vista empresarial, las organizaciones deben de responder a una nueva demanda del consumidor, que ha cambiado sus costumbres y preferencias para preservar su salud. Por ellos, los empresarios deben de reinventarse para responder a sus nuevas exigencias.
En este sentido, las empresas tendrán que evaluar sus recursos disponibles para innovar y manejar previsiones de corto plazo, donde la liquidez es la base de sus decisiones financieras, pues al existir mucha incertidumbre debe limitar las inversiones de largo plazo.
El empresario debe tener un rol más estratégico, que le permita anticiparse a lo que pueda suceder en los próximos días, y buscar generar valor agregado que lo distinga de su competidor. Las ventas personalizadas, el manejo de base de datos de sus clientes y el uso de medios digitales deben ser parte de su nueva estrategia empresarial.
Además, tendrá que estar informado sobre las medidas y políticas, establecidas por el Gobierno, que puedan afectar su plan estratégico; en este caso, necesitará evaluar y ajustar su plan periódicamente.
Necesitamos empresarios emprendedores innovadores y resilientes.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.