Los doctores Luis Castillo, Carlos Hakansson y Guillermo Chang, docentes de la Facultad de Derecho de la UDEP, analizan el panorama electoral que se vislumbra cara a las elecciones generales del 11 de abril.
Por Koko Zavala. 20 julio, 2020.Ni el contexto ni las leyes ni los partidos políticos son aliados para una buena campaña política, cara al 2021. Tres docentes de la UDEP coinciden, no con mucho optimismo, sobre las posibles reglas de juego que la regirán en un panorama poco alentador. Exhortan a la reflexión, a dar un voto informado, a conocer los candidatos y evaluar sus propuestas.
Los doctores Luis Castillo, Carlos Hakansson y Guillermo Chang, docentes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, analizan el panorama electoral que se vislumbra cara a las elecciones generales (presidenciales y congresales) del 11 de abril del 2021.
“El panorama no parece alentador y no nos debe sorprender, pues muy raramente nos ha tocado vivir panoramas alentadores. Pero, es bueno advertirlo ya, porque nos ayudará a ponernos en alerta desde ahora a fin de identificar y emplear los medios, por lo menos los personales, para evitar que este conjunto de elementos desalentadores se convierta, una vez más, en la causa de nuestras tristezas políticas. Una vez más, estamos a tiempo de ayudar al cambio esperanzador”, señala el doctor Castillo.
Lo nuevo de este proceso electoral es que en su desarrollo se deberán tener en cuenta las nuevas reglas de participación aprobadas en el marco de la reforma política, realizada con la finalidad fortalecer la democracia en nuestro país.
“Veremos si reglas aprobadas, como la prohibición de publicidad estatal en medios de comunicación o la paridad de género o los nuevos requisitos e impedimentos para que los candidatos puedan postular o el exigido mínimo de tiempo de militancia en la agrupación política, finalmente ayudan a mejorar la calidad del voto emitido y la calidad de los representantes elegidos”, expresa Luis Castillo.
Sin embargo, para el docente de Derecho Constitucional, “no abundan las razones para el optimismo. Nuestros partidos políticos siguen siendo realidades desinstitucionalizadas, con escasa vida partidaria, y con clara ausencia de vocación democrática hacia sus estructuras organizativas internas. Ya el número de organizaciones políticas que, hoy en día, se encuentran habilitadas para participar en los comicios es demasiado alto”, enfatiza.
¿Segunda vuelta?
Para Castillo, el número de organizaciones políticas inscritas en el padrón electoral es muy alto como para que haya consensos o para que en una primera vuelta quede todo definido: “24 movimientos políticos inscritos permiten prever, nuevamente, un escaso apoyo directo a quien resulte elegido presidente de la República. Otra vez, lo más probable es que nadie gane en primera vuelta y que, en segunda vuelta, los votos que reciba la propuesta política ganadora vuelvan a ser consecuencia de animadversiones e ignorancias arraigadas en nuestra cultura política y no de consensos políticos”.
Respecto a las elecciones congresales, señala que la situación será similar porque “el número de movimientos políticos tenderá a dispersar el voto ciudadano, lo cual, a su vez, previsiblemente, originará que haya demasiados grupos parlamentarios en el Congreso de la República, en su gran mayoría débilmente cohesionados, que empezarán a desintegrarse ante las primeras dificultades o roces que vaya generando la propia dinámica política congresal”, advierte.
No hay líderes presidenciables
Refiriéndose a posibles candidaturas presidenciales, sostiene “Tampoco es muy alentador el panorama de potenciales candidaturas presidenciales. Sigue faltándonos líderes sociales que, especialmente, destaquen por sus capacidades estadistas y de gestión. Muy probablemente el nuevo presidente provenga de alguno de los distintos niveles de gobierno actual. Quizá algún alcalde o algún gobernador regional o algún congresista tiente la presidencia de la República en su bicentenario, de ser así, tendrá que renunciar al cargo al menos seis meses antes de la elección. Sin embargo, echada una rápida mirada a los distintos ámbitos políticos, no existe ninguna personalidad que pueda sobresalir de modo esperanzador”.
Por otro lado, Castillo Córdova refiere que hay “hay que advertir que las consecuencias de la crisis sin precedentes generada por la pandemia, jugará muy decisivamente en las elecciones próximas. El contexto social será propicio para la demagogia y para promesas populistas, que encontrará en la población empobrecida o desilusionada o temerosa, o todo junto, un campo rico para su asentamiento y propagación. Los populismos normalmente han desembocado en dictaduras, disfrazadas o abiertas, pero dictaduras al final”.
Una campaña atípica
Con un panorama aún incierto, con desprestigiadas organizaciones políticas en el ruedo y un contexto aún de crisis sanitaria, ‘en medio de una nueva normalidad’, las elecciones generales del 2021 ya fueron convocadas para el 11 de abril, ante la preocupación de todos, inclusive del Defensor del Pueblo quien ha pedido al Gobierno “debatir y definir” las reglas de juego de cara para dichas elecciones.
En este marco, el constitucionalista y docente de la UDEP, Carlos Hakansson, advierte que el ciudadano debe informarse desde ahora, sobre las reglas de juego y sobre quiénes son los candidatos que aspiran al sillón presidencial o a una curul.
“No conocemos a los candidatos y solo se especulan nombres de personas sin partido; por eso, habrá que esperar hasta el cierre de las inscripciones de las listas electorales a la presidencia y el Congreso”.
Si bien aún hay chance para que otros partidos se inscriba y se sumen a los 24 que ya están en la lista, para Hakansson ya no hay tiempo para más: “Los partidos que todavía no han logrado su inscripción no gozarán de más tiempo para cumplir con los requisitos; además, ya iniciado el proceso electoral no podrían aplicarse las propuestas de reforma que sean aprobadas en la nueva legislatura que comienza”.
“Los partidos que conservan su inscripción deben prepararse para una campaña atípica, marcada por las consecuencias de la crisis sanitaria, evitando el contacto físico y las aglomeraciones en plazas, calles, mercados y sin poder realizar mítines. Es un misterio la forma cómo los candidatos darán a conocer sus propuestas. La ventaja será de aquellos que tengan mayor atención mediática”, anota.
Asimismo, el doctor Hakansson exhorta a los ciudadanos a evaluar a los candidatos y sus propuestas, para asegurar un voto informado: “Si algo debe distinguir esta campaña electoral son las propuestas y compromiso para dotar al país de infraestructura para atender la salud, educación, carreteras, servicios de agua, servicios de desagüe y abastecimiento de energía”.
Su posición, es un llamado al compromiso y responsabilidad del ciudadano: “Las trágicas consecuencias de la pandemia que aún vivimos deben producir un propósito de enmienda sobre las decisiones políticas de los últimos años. Los candidatos al ejecutivo no pueden ser insensibles para resolver estos pasivos ni para dejar de tomar las decisiones que hagan falta para revertir la crisis económica, recuperar la senda del crecimiento, estimular la inversión pública y privada para generar empleo”.
Hacia el Bicentenario
En esta misma línea, el doctor Guillermo Chang, también docente de la Facultad de Derecho de la UDEP, manifiesta que todas las elecciones son (deberían ser) un acto de reflexión personal y social. “La diferencia es que la próxima elección se da en el marco del Bicentenario de la Independencia del país, lo que debe incentivarnos a que la reflexión sea más profunda, pensando en las generaciones venideras”.
Por ello, señala que lo más importante de la campaña electoral debería ser el debate de ideas, más que los escándalos. “Ahí, la prensa tiene un papel importantísimo, pues debe ir informando y hacer una crítica objetiva de las propuestas de los candidatos. Su función es buscar el porqué de las propuestas e informar cuál es el papel de las instituciones del Estado. No tiene la misma función el presidente, el congreso y el poder judicial”.
Al abordar las limitaciones y ventajas para la propaganda política durante esta campaña comenta que, salvo las leyes establecidas por los temas de las dádivas, no hay muchas más limitaciones y que las redes sociales serán un gran aliado para los partidos. “El tema de las redes sociales es un nuevo factor que cada vez toma más protagonismo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay un sector importante que no accede a redes sociales. Esto se nota especialmente en provincias con zonas rurales”, refiere.
En cuanto a la calidad de las propuestas y candidaturas, Chang señala que esta no debe defraudar al electorado. “Esta campaña que se nos avecina será muy polarizada y pulverizada. Desde hace algunas campañas, la tendencia es que sean muchos partidos políticos, con unos pocos mayoritarios. Por otro lado, nos pintan estos mayoritarios como radicalmente opuestos. Lo ideal es llegar a consensos”, dice.
La campaña recién empieza y hay que lidiar con ella, con los intereses de cada candidato y con una crisis sanitaria que ha impactado en todos los sectores económico-sociales de nuestro país. Un contexto que exige consenso, unidad y responsabilidad para recuperar la estabilidad político, económica y social que tanta falta hacen.