12

Ago

2020

Interesa que los mensajes claves sobre medidas de protección y cuidado de las poblaciones vulnerables lleguen a las familias, a los niños y adolescentes.

Por Adriana Cruz Miranda. 12 agosto, 2020.

A más de un mes de terminada la cuarentena, los diferentes establecimientos de salud de la región siguen colapsados. Según resultados de la Diresa Piura, del 1 al 6 de agosto se registraron 1773 nuevos contagios y 53 fallecidos, lo que hace que estemos llegando a los 40 000 contagiados y más de 1800 víctimas mortales a causa del COVID-19. A esta cifra, habría que sumarle las muertes sospechosas que ascienden en nuestra región a 1494, lo que da un resultado escalofriante.

La Diresa también ha confirmado el incremento de contagios en más de 50% en niños y adolescentes desde que se levantó la cuarentena, llegando a 2081 casos registrados. Esta preocupante situación estaría reflejando la excesiva confianza de los padres de familia, que no tienen en cuenta el aislamiento obligatorio entre niños y adolescentes menores de 14 años que son un grupo de riesgo.

Se vienen dando reuniones familiares y sociales en las casas entre la gente joven, incluso adultos, hay fiestas infantiles, salidas innecesarias, en las que se relajan las medidas de seguridad. El coronavirus se transporta con las personas y puede llegar disfrazado de quienes más queremos, del hijo, sobrino, nieto, que estuvo en estas reuniones. Tengamos en cuenta que los menores tienen mayor carga viral y capacidad de transmisión; un solo niño puede llegar a infectar hasta 10 personas.

Y, mientras tenemos relajo, por el lado de las familias, en el frente de batalla están los médicos que vienen clamando a la ciudadanía mayor conciencia y responsabilidad. Siguen enfrentándose con coraje en la lucha, pero ¿es justo que se sigan sacrificando por la vida de una población que es inconsciente, irresponsable, indisciplinada, imprudente, descuidada? ¿Cuántos médicos y enfermeras más tienen que fallecer? Muchos de nosotros recién reaccionamos cuando alguien cercano se nos va.

Ante esta situación, urgen las capacitaciones de la Diresa a las Juvecos y de estas a las familias y vecinos de sus zonas. Así como también, de la Dirección Regional de Educación a través de las ugeles y de estas a los colegios, profesores y alumnos. Interesa que los mensajes claves sobre medidas de protección y cuidado de las poblaciones vulnerables lleguen a las familias, a los niños y adolescentes.

¡Es hora ya de dejar el individualismo! de no ver más allá de nosotros mismos, sería muy doloroso para Piura llegar a una segunda ola. Seamos todos los piuranos, familias, médicos, profesores, un solo frente para derrotar a este enemigo silencioso.

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