El 17 de setiembre todos los países celebrarán el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, que se estableció para fomentar una necesaria comprensión universal en torno a la atención segura a los dolientes.
Por Edgar Tejada. 17 septiembre, 2020.La pandemia del COVID-19 constituye una de las mayores dificultades y amenazas a las que se enfrenta nuestro país y toda la humanidad. El servicio sanitario está viviendo la mayor crisis de su historia en cuanto a la atención y a la seguridad de los pacientes. La pandemia ha ejercido una gran presión a médicos muy entregados, así como a todo el sistema de apoyo de salud. Estos no pueden funcionar sin trabajadores sanitarios bien informados, capacitados y motivados para prestar una atención segura a los pacientes.
El 17 de setiembre todos los países celebrarán el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, que se estableció para fomentar una necesaria comprensión universal en torno a la atención segura a los dolientes, aumentar la participación pública en la atención de la salud, promover acciones mundiales para mejorar la seguridad y evitar daños previsibles. La seguridad de los pacientes está estrechamente vinculada a la seguridad de los trabajadores de la salud, por ello es muy importante el uso de equipos de protección personal y otras medidas de prevención y control de infecciones que pueden perjudicar tanto a los pacientes como a los trabajadores de la salud. En muchos países, los trabajadores de la salud se enfrentan a un mayor riesgo de infecciones, violencia, accidentes, estigmatización, enfermedad y muerte.
La seguridad del paciente es una disciplina de la atención integral de la salud que surgió con la evolución de los sistemas de atención de la salud y el aumento de los daños a pacientes en centros sanitarios. Su objetivo es prevenir y reducir los riesgos, errores y daños que sufren los pacientes durante la prestación de la asistencia sanitaria.
La seguridad del paciente es fundamental para prestar servicios sanitarios de calidad. Los servicios de salud de calidad en todo el mundo deben ser eficaces y seguros y estar centrados en las personas. Además, para que los beneficios de una atención sanitaria de calidad sean efectivos, dichos servicios deben prestarse de manera segura tanto para el paciente, como para los profesionales que lo atienden.
Para velar por la seguridad del paciente se necesitan profesionales médicos y personal sanitario bien calificado, con capacidad de liderazgo, políticas claras, revisiones constantes de los sistemas sanitarios y la colaboración efectiva de los pacientes en su atención. Y para lograrlo, debe promoverse la seguridad desde la formación básica de los profesionales de la salud, durante toda su formación y en su especialidad, manteniendo una continua formación en este fin
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.