22

Oct

2020

Artículo de Opinión

Círculo dorado o vicioso en estas elecciones

Los líderes que asumen cargos de elección popular y que hacen nuestras leyes y presupuestos y establecen nuestras agendas, no están destacando por su liderazgo. La gran mayoría no aplican este esquema del propósito.

Por Mela Salazar. 22 octubre, 2020.

“Cómo los grandes líderes inspiran la acción” es uno de los videos más vistos en las famosas charlas TED, en la que el escritor y motivador Simon Sinek explica su conocida teoría del “Círculo de oro”.

La teoría del Why, How y What (por qué, cómo y qué), considera que los líderes inspirados actúan de adentro hacia afuera. Trazan un círculo con tres niveles dentro, en el que la parte del centro implica definir el ¿por qué?; aplicado a una compañía es ¿por qué existe? ¿por qué hace lo que hace?; luego, del centro hacia afuera viene el nivel del ¿cómo lo hace? y el más externo, es ¿qué hace?

Lo que inspira y convence es el ¿por qué? El propósito; cuando compartes con tus seguidores un sueño, una idea en la que crees y los inspiras a que lo hagan suyo. Sinek dice: “La gente no compra lo que uno hace, la gente compra el por qué lo haces”.

Sea para vender un automóvil o para elegir al presidente de un país, todo debe comenzar con el por qué. Aplicado a un ámbito social, Nelson Mandela y Martin Luther King se sacrificaron porque aspiraban a la igualdad por encima del color de piel. Si intentamos llevarlo al ámbito de una campaña política el “qué” es ganar la contienda. El “cómo” queda muchas veces en manos de los consultores y del equipo encargado.

Lo que falta justamente es el “por qué”, por qué estoy, para qué, tener un ideal, que nace de la genuina intención de crear positivamente, generar valor y contribuir a nuestro país. (Fuentes: portal Lampadia y blog Politicalingo).

Los líderes que asumen cargos de elección popular y que hacen nuestras leyes y presupuestos y establecen nuestras agendas, que nos conducen a través de desastres naturales o crisis locales no están destacando por su liderazgo. La gran mayoría no aplican este esquema del propósito porque se verían expuestos a ser señalados como vividores del sistema burocrático y del presupuesto público.

Como electores, elijamos no por simples ideas populistas; no porque me cae simpático, hace muchos ofrecimientos, regala; habría que ver qué ha hecho antes por su comunidad, los propósitos no se enarbolan de la noche a la mañana.

Por este motivo, compartimos las enseñanzas de Sinek, para que los futuros líderes aprendan a comunicarse, inspirando y motivando a las generaciones futuras. No es fácil, demanda integridad, pasión y compromiso. Si no tienen un propósito claro, mejor que no postulen.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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