En las siguientes líneas quiero presentarles un decálogo ficticio de cómo justificar la arbitrariedad de las administraciones públicas peruanas.
Por Orlando Vignolo. 22 enero, 2021.En buena medida, este recoge mucha de la experiencia actual y puede ser una receta de éxito ante los ciudadanos.
- La arbitrariedad administrativa no existe. Es solo un invento de teóricos jurídicos desfasados que no se encuentran adaptados a los nuevos tiempos de flexibilidad de las administraciones públicas.
- Siempre confunde a los ciudadanos. Nunca muestres la medida o la norma arbitraria de manera completa y clara.
- Busca un objetivo de interés público que atender, (la evasión tributaria, por ejemplo). Aunque nunca alcances el propósito, este solo sirve para “justificar” la actuación arbitraria.
- Importa más que las redes sociales y los medios de comunicación “acepten” la medida arbitraria, antes que la solidez de tus argumentos jurídicos.
- Busca voceros o expertos, son nuevas profesiones necesarias para “motivar” las actuaciones arbitrarias.
- Acuérdate siempre: eficacia antes que legalidad. Esta última es la consigna plena para que la receta funcione.
- Las fuentes de Derecho no existen, solo son muestras de un pasado lacerante.
- El control judicial siempre será a posteriori; es costoso y toma tiempo, así los ciudadanos tienen pocas posibilidades de contradecir la arbitrariedad administrativa.
- Nunca refutes al político de turno, la medida o norma tiene que salir tal como se propuso. El papel lo soporta todo y luego la gente olvida.
- Nunca motives y sé disruptivo ante el Derecho teórico.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.