El trabajo remoto es una respuesta del ingenio humano, como tantas otras, a tiempos nuevos que invitan a reflexiones novedosas.
Por Mariela García Rojas. 08 febrero, 2021.Aunque es bastante difundida la idea de que el teletrabajo ha vencido no pocas resistencias para su puesta en marcha, la académica japonesa Wendy Spinks da cuenta de la evolución del teletrabajo, a través de hitos históricos para su gestación, y los motivos que llevaron a su implantación en décadas pasadas. Resumiendo: el shock del petróleo en 1973 en California, que aprovechó el auge de la telecomunicación permitiendo el trabajo en el hogar; y el cuidado del aire desde las esferas gubernamentales norteamericanas al inicio de los 80, que buscó disminuir el traslado por razones laborales. A su vez, en Europa y Japón se le aprovechó para mitigar la expansión urbana y consolidar el trabajo en las zonas del interior.
Los desastres naturales y el devastador terrorismo de los 90 fueron el móvil de convenios laborales para el teletrabajo, para preservar así la vida y evitar la paralización de la economía. La gripe avícola y la porcina, de fines del 2000, fueron otro inductor para el trabajo en casa, a fin de evitar su propagación. Hoy, en muchas empresas el e-work se ha implementado y, vista su funcionalidad, se mantendrá; también, debido a la disparidad de fechas de llegada de la vacuna.
La preocupación de entonces y ahora es común: la sostenibilidad social de diversas formas, el desarrollo urbano y rural, la salud, la gestión de riesgos, la calidad del aire y el cuidado de los recursos (energético, entre otros).
Comprobamos cómo, en muchos casos, estos problemas siguen vigentes en la esfera mundial, reafirmando la relevancia de esta modalidad de trabajo. Por otra parte, marcan un amplio rumbo de acciones a proponer y diseñar. Los problemas exigen soluciones; ese será siempre el discurrir histórico del hombre, protagonista de la transformación del mundo y de su mejora.
El trabajo remoto es una respuesta del ingenio humano, como tantas otras, a tiempos nuevos que invitan a reflexiones novedosas. Por mencionar solo algunas, las implicancias de la cercanía entre la esfera pública y privada de las personas, el bienestar personal y social, la solución de la dicotomía salud vs economía, las regulaciones en materia de derecho laboral y el rediseño de los sistemas en materia de evaluación del desempeño desde las ciencias empresariales.
Casi ninguna ciencia se escapa: la Sociología, la Educación, la Medicina, la Historia y las Humanidades seguirán aportando en esta forma de trabajo. Los gobiernos, los países, las empresas y las personas se verán beneficiadas con estos hallazgos. De su importancia, ya nadie tiene dudas.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.