Hasta 2019, en el Perú, 15 625 personas padecían el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y de ellos, el 90,6% son menores de 11 años.
Por Vladimir Bustinza. 29 marzo, 2021.
Fuente: Psicoaula
Hace pocos días, tuve la ocasión de atender a Roberto, un paciente con autismo (de unos 60 años) y aunque se encontraba afectado por el COVID-19 me llamó la atención, no tanto que no hubiera cursado más allá del primer grado de Primaria o que, por un descuido, perdió una parte de sus miembros por accidente, sino que su hermana, tal vez el único familiar cercano que tenía, lo hubiera llevado a ser atendido por un médico al verlo en mal estado de salud. Quizás este día fue pensado no sólo para resaltar la importancia del acceso a la salud, de oportunidades educativas y laborales, sino para rescatar el valor de la persona, de una vida humana sea cual sea su condición o capacidades.
En ese sentido, la Organización de las Naciones Unidas ha hecho hincapié en uno de los objetivos primordiales, frente a tantos problemas de nuestros tiempos: reducir las desigualdades que frenan la prosperidad de las personas y del planeta. Una de las estrategias que plantea, frente al autismo, es la creación de programas de empleo inclusivo, que permitan que personas con habilidades y talentos diferentes tengan la oportunidad de salir adelante económicamente; pero, no todo queda allí: se promueve el deseo de ser cada vez mejor persona, a través de un enfoque integral del proceso salud-enfermedad, que es lo que se debe buscar para lograr su total inserción en la vida social de un país y, con ello, la posibilidad de defender los derechos inherentes a toda persona humana y acceder a ellos. En esto contribuirá, de modo eficaz, el apoyo de los profesionales que se desempeñan en Seguridad y Salud en el Trabajo y el entorno familiar y educativo adecuado.
Hasta 2019, el 81% de personas en el Perú que reciben un tratamiento por autismo son varones, quienes procesan la información de manera diferente, literal; característica que -por lo general- no es bien entendida y les genera diversos malentendidos. En el Perú, 15 625 personas padecían el Trastorno del Espectro Autista (TEA) primeros años de carrera los alumnos de Medicina Humana comprendan que podrán ayudar a personas como Roberto, para que a lo largo de su vida construyan su “historia personal”, estableciendo sistemas que faciliten el recuerdo de sus vivencias personales, y de las experiencias que le han generado bienestar a lo largo de su vida. Y, favorecer la continuidad de los aprendizajes y la aplicación de las competencias adquiridas a los entornos naturales en los que se desenvuelven, de ese modo lograremos para ellos la tan ansiada calidad de vida y el reconocimiento de sus derechos.
