La valla electoral es una condición que establece nuestra ley electoral para evitar la fragmentación de los grupos parlamentarios en el Congreso de la República, destaca el doctor Luis Castillo, profesor de Derecho Constitucional.
Por Gabriela Hernández. 22 marzo, 2021.A menos de un mes de las elecciones generales 2021, y en un contexto con múltiples fuerzas políticas y diversas posturas frente a temas relevantes, la discusión en medios empieza a enfocarse en qué partidos podrían pasar la valla electoral el 11 de abril y llevar sus propuestas al Congreso de la República.
El jurista Luis Castillo, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, resalta la necesidad de este mecanismo electoral para garantizar un parlamento lo menos fraccionado posible, con mayores posibilidades de organizarse y llegar a acuerdos que favorezcan al bien común. En nuestro país, un partido pasa la valla cuando obtiene el 5% de votos válidos y, como mínimo, 7 escaños en el Congreso.
“A los partidos políticos se les exige alcanzar un mínimo de votos válidos para acceder efectivamente a escaños en el Congreso. De lo contrario, podría haber grupos parlamentarios solo con 1 o 2 congresistas”, afirma el doctor Castillo.
Un partido que no pase la valla no solo no tendrá la opción de formar parte del Congreso de la República, sino que perderá su inscripción electoral. “El partido político deja de existir como tal y resulta impedido de participar en las elecciones generales, regionales o municipales que se convoquen”, señala el profesor universitario.
¿Es suficiente la valla?
Si bien este mecanismo electoral busca evitar una entorpecedora fragmentación de fuerzas políticas, no garantiza que la conformación del próximo Congreso de la República termine siendo la idónea.
“La calidad moral y profesional de cada congresista será decisiva para conseguir un Congreso que ayude de modo efectivo a la gobernabilidad del país a partir de la generación de consensos sostenidos en el interés general”, enfatiza el doctor Castillo.
Ya sea que el próximo Ejecutivo posea o no mayoría en el Congreso, parlamentarios probos, que prioricen los intereses del pueblo que los eligió y que cumplan a cabalidad lo que la Constitución les encarga, evitarán retrocesos y paralizaciones que perjudiquen al país.
El jurista resalta que las próximas elecciones generales son una oportunidad decisiva para que los ciudadanos pongamos fin a la lista de presidentes corruptos y con problemas judiciales. “Tenemos la obligación moral de detenernos a evaluar seriamente nuestro voto, a fin de que los resultados de las próximas elecciones signifiquen un beneficioso punto de inflexión a favor de la democracia y el desarrollo del país”, concluyó.