Las situaciones de crisis o desastres nos recuerdan, en primer lugar, que no somos infalibles; y precisamente por ello, también ponen de manifiesto lo mucho que los seres humanos nos necesitamos unos a otros.
Por Dirección de Comunicación. 31 mayo, 2021.El 31 de mayo se conmemora el Día Nacional de la Solidaridad y de la Reflexión en la Prevención de Desastres, fecha decretada en homenaje a las víctimas del más grande desastre natural de la historia del país: el terremoto de Ancash, en 1970, que provocó la muerte de más de 60 000 personas y dejó unos 180 000 heridos.
La fecha siempre ha sido oportunidad para concientizar a la ciudadanía sobre la importancia de la prevención de desastres naturales, por lo que es aprovechada para la realización de simulacros de sismo y tsunami en todo el país.
Igual de importante es recordar que también es el Día Nacional de la Solidaridad. Pero ¿por qué es necesario considerar y valorar la solidaridad? Según la Real Academia de la Lengua Española, la solidaridad es la adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros.
Para Soledad Maldonado, profesora de la Facultad de Humanidades, los días conmemorativos son una buena manera de recordar las cosas importantes y volver a tomar conciencia sobre lo que es fundamental en la vida de las personas.
“En la sociedad actual, más marcada a veces por el individualismo y la aparente autonomía de los individuos, es oportuno recordar que nuestra naturaleza no es esa; entonces, los desastres naturales y las catástrofes muestran de forma más evidente nuestra mutua dependencia”, indicó la especialista.
En el contexto de una catástrofe o tragedia, la solidaridad nos permite tomar conciencia de nuestra propia vulnerabilidad y de lo importante que es que, como sociedad, la noción de que somos dependientes unos de otros sea un pilar de convivencia.
“Ser solidarios implica tratar de ayudar a las víctimas, aunque no hayamos sido afectados por esta situación”, señala Soledad Maldonado. “Respondemos ante una circunstancia como si fuéramos los afectados, hacemos propio el sufrimiento ajeno”, empatizamos, agregó.
Así también, señaló la profesora, es necesario promover la solidaridad porque fortalece nuestro sentido de comunidad, porque únicamente en esta, en la relación mutua de unos con otros, podemos desarrollarnos plenamente como seres humanos.
Maldonado considera relevante formar ciudadanos solidarios desde niños, a través de ejemplos concretos y de una conciencia plena de que el ser humano es social y que necesita una comunidad en la que pueda reconocerse.
“Somos vulnerables, hay que enseñar y explicar que lo somos, y que esto no es una debilidad, es una condición; en cambio, si sabemos nuestra condición de dependientes, buscaremos cohesionar la sociedad, y tendremos una sociedad y un sentido de comunidad más fuerte, más solidario”, sostiene Soledad Maldonado.
Durante la pandemia hemos sido testigos de muchos actos de generosidad; por ejemplo, la mayor parte de los peruanos respetó las medidas de seguridad por la conciencia de que otros podían ser más vulnerables al virus.