La crisis sanitaria actual ha dejado claro que la dimensión individual de la libertad religiosa es vulnerable, cuando el modelo legal no ofrece una garantía institucional adecuada a la dimensión colectiva de la libertad religiosa.
Por Koko Zavala. 28 mayo, 2021.La doctora Susana Mosquera Monelos, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, participó en el conversatorio organizado por la Università degli Studi di Messina, de Italia. Expuso el tema “El impacto del modelo Iglesia-Estado para una garantía eficaz de la libertad religiosa. Un estudio de la experiencia peruana durante la pandemia COVID-19”.
En su exposición, la profesora de la UDEP destacó la relevancia de la doble naturaleza de la libertad religiosa, como derecho individual y colectivo. “Los derechos y libertades fundamentales han sufrido un impacto muy directo debido a las drásticas regulaciones instituidas para controlar los efectos de la pandemia global COVID-19 en Perú”.
“En este contexto, la decisión de limitar el ejercicio de la libertad de culto ha sido una respuesta de los gobiernos, que en el Perú en particular y en América en general, no ha sido impugnada directamente por los tribunales”, precisó.
Agregó que “esta situación nos lleva a afirmar que efectivamente se ha restringido el derecho fundamental a la libertad religiosa. Los ajustes razonables por motivos de religión perdieron la oportunidad de utilizarse como una herramienta jurídica amplia. Evidenciando así las limitaciones del derecho en contextos tan complejos, que en el caso particular de la libertad religiosa se explica por las capas de contenido que componen este derecho”.
Dijo también “debemos considerar que la libertad de pensamiento, conciencia y religión debe entenderse como derecho con protección en niveles. La garantía de la libertad de pensamiento juega su papel principal a nivel individual (forum internum), pero a medida que avanzamos hacia las capas externas del ejercicio de la libertad religiosa (conciencia y religión), el contenido de esta libertad debe sostenerse sobre su dimensión colectiva”.
“Esta es la razón que explica la relación particular entre las dimensiones individual y colectiva de la libertad religiosa. Sin embargo, durante el contexto de esta pandemia, el Gobierno ha resuelto la situación de los fieles no a través de una relación directa Estado-ciudadano, ni a través de su relación institucional Estado-entidades religiosas, sino a través de una relación Estado-fieles para lo que como Estado ‘no -confesional’ está expresamente descalificado”, acotó.
Manifestó que “consistente con la relación entre la dimensión individual y colectiva, la garantía individual del ejercicio de la libertad religiosa está intrínsecamente relacionada con la protección efectiva que tiene el grupo religioso dentro del modelo legal, por lo que es posible afirmar que cuando no existe protección para la dimensión colectiva de la libertad religiosa, la consecuencia natural es que el ejercicio individual del culto se verá gravemente afectado o restringido”.