A menudo, en las redes sociales, vemos un sinnúmero de noticias falsas (‘fake news’). Se difunden rápida y masivamente y parece imposible evitarlo.

Por Jorge Gallo. 17 mayo, 2021.

A menudo, en las redes sociales, vemos un sinnúmero de noticias falsas (‘fake news’). Se difunden rápida y masivamente y parece imposible evitarlo. Además, cada día y por distintos medios, nos informan sobre el maltrato a cierta persona o sobre un acto discriminatorio, una estafa, entre otros. Y, generalmente, tenemos una sola versión, normalmente la de la parte afectada, y, nuestra condición humana nos hace solidarizarnos con el más débil o víctima.

“Yo solo comparto”, nos responde alguien que, efectivamente, ha replicado una noticia falsa o sin sustento, sin tomarse el trabajo de verificar si la fuente de la información es confiable; o, por ejemplo, si la noticia es reciente o se trata de algo pasado y resuelto o, incluso, algo que sucede en otro lugar y que no tiene injerencia donde vivimos.

Hoy, no cabe duda, debido a los avances de la tecnología, existe un exceso de información. Esto último no es necesariamente bueno porque cada vez, y con mayor frecuencia, alguien se empeña en difundir esas noticias falsas.

¿Le ha pasado? Seguro que sí, y además con bastante frecuencia. Sin embargo, nos olvidamos de que una historia tiene, al menos, dos versiones. Tenga en cuenta que un video o una grabación que, supuestamente, muestra que se está cometiendo un acto irregular, puede estar convenientemente editado para mostrar solo lo que interesa difundir.

No nos detenemos a pensar, si se está manchando la honra de alguna persona o la imagen de una empresa. El decir: ‘yo solo comparto’, no justifica la acción, pues en ese hecho de compartir también hay una responsabilidad y una muestra de que se está de acuerdo con la información compartida.

Si usted es dueño de un negocio, seguro que no le gustaría que un cliente o usuario, que ha tenido una conducta inadecuada en su local, luego difunda una versión convenientemente adulterada de lo ocurrido y, peor aún, que los demás le crean “y lo compartan”, sin haberse tomado la molestia de preguntarle su versión de los hechos.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

Comparte: