Este proceso y campaña electoral han sido difíciles, polémicos, convulsos; sin embargo, pese a todo, e independientemente de los resultados de los comicios, este es un proceso democrático: ejercicio del derecho a la libre elección.
Por Tania Guimac. 07 junio, 2021. Publicado en El Tiempo (Edición dominical)Hagamos un paréntesis. Analicemos, retrospectivamente, de donde viene la idea o el dicho popular ‘cada país tiene el gobernante que se merece’, pues del nivel de educación, y antes de eso, de la socialización con los padres y sus respectivos niveles de formación. Kofi Annan, nobel de la paz del 2001 afirmaba “El conocimiento es poder. La información es libertadora. La educación es la premisa del progreso, en toda sociedad, en toda familia.” Y no se aleja de la realidad que enfrentamos.
En la actualidad, la información suele llegar de manera más rápida que antes, sí, pero también nos llega “de todo”: lo bueno, lo malo y lo falso, sobre todo lo último. Se empeñan en formarnos o deformarnos con sobresaturación de información, tal cual un bombardeo con esta, hasta que las personas se preguntan ¿qué es verdad y qué no?
La memoria y los actos
Si las personas solemos actuar, en función de nuestras experiencias previas, ¿qué hemos aprendido en estos años? Las experiencias tenidas se guardan y registran en nuestra memoria; en el principal órgano responsable de nuestro comportamiento, el cerebro, alineado a emociones y sentimientos; por lo tanto, si hay discriminación, maltrato, habrá dolor y habrá miedo. Además, se construyen en función de nuestras percepciones, siendo un proceso cognitivo, de pensamiento, donde se reúne información para luego interpretarla y, posteriormente, guardarla en la memoria.
Aquí también intervienen las emociones, el cómo “algo” puede llegar a hacerme sentir. Eso ocurre dentro de un proceso como el que estamos viviendo, ya sea en el lado positivo o negativo. Y no solo con los candidatos, si no con las ideas generadas por otras personas. Manifestándose la señal de respeto y dependiendo, la unión, desde una perspectiva positiva.
También sucede, por comparación, si hablas, “del mal menor” y si pones las opciones en una balanza y enlistamos sus características: esto siempre nos dará a alguien peor que otro y esto también inclinará la decisión. Ese proceso de análisis también resulta un atajo de nuestro cerebro por tomar una elección, denominado “Efecto Contraste”.
Desde esa posición se notan claramente las conductas de todas las personas, y además las intenciones que reflejan para contribuir a mejorar, como mínimo, en 1%.
Y, tú qué harás por el país
Pero ¿por qué el hecho de que gane uno u otro partido es ‘a todo o nada’? ¿Qué hacemos realmente nosotros como ciudadanos para mejorar nuestro país? ¿Por qué toda culpa recae en los políticos? No es que no tengan responsabilidades, y quizás resulte hasta soñador el exhortarte a “ser el cambio que quieres ver” ¿Qué tan a la letra lo tomamos?
¿Queremos hacer algo? Tras lo analizado, el voto que cada ciudadano emita hoy debería ser por convicción desde la perspectiva que sea: tiene que ser por lo que consideres adecuado, ¿difícil decisión? Sí, pero, es un deber ciudadano que deberíamos ejercer. Luego de ello, gane quien gane las elecciones, sea de tu preferencia o no, esperamos que el país vuelva a ser uno: con la contribución de todos sus ciudadanos: sin empeñarse por una guerra, sin fomentar aspectos negativos u odios, sin entorpecer la labor del nuevo Gobierno, pues eso ya no sería contra una persona o un partido, sino contra el país y repercutirá en la vida todos. Por el lado de quien gane, debe tener la convicción de que ha de gobernar para todos los peruanos (sin importar su color político) y no solo por sus votantes o militantes.
Objetivos nación
Como peruanos, tenemos objetivos pactados como nación: buscar el bien común y asumir un rol vigilante ante lo que suceda después. Y, en contextos de una pandemia mundial, aún tenemos temas pendientes en agenda para cuidarnos y tomar actitudes preventivas.
Aprender, seguir aprendiendo, es lo que corresponde después del 6 de junio. Generar líneas de alianzas, no solo ver la perspectiva personal, sino también ver al otro: quien no piensa como yo no es mi enemigo y así debe ser en todos los contextos.
En lo organizacional, por ejemplo, los departamentos de cada área se esfuerzan por contribuir con los objetivos de su área, para que se reflejen en los logros de la empresa. Pérez López menciona que “la unidad resulta en la capacidad de la organización para satisfacer los motivos trascendentes de las personas, sus necesidades afectivas.” Buscar establecer una identificación con los fines y los modos de operar de la empresa.
Así como todos miembros de una organización contribuimos a la unidad, también podemos hacerlo como país. La tendencia humana es formar grupos, socializar, que se logre en beneficio de un país cada vez mejor. Hagamos ese compromiso, no para los próximos comicios, sino para comenzar ya. Los resultados no se verán de inmediato, pero sí a futuro, por lo que hace falta que todos hagamos lo necesario para que estos sean buenos.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.