La doctora Mosquera Monelos, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, analiza en esta entrevista la situación de Nicaragua tras las elecciones, el papel de la oposición y las probables sanciones de la comunidad internacional.
Por Koko Zavala. 30 noviembre, 2021.La especialista en Derecho internacional señala que es evidente que, con los candidatos opositores encarcelados, no se pudo hacer una campaña electoral con debidas garantías. Fue un proceso electoral aparente “que no cumplió con las debidas garantías. Esto significa que el panorama político de Nicaragua no será el de un modelo que avance por la verdadera senda democrática”.
Estados Unidos y la Unión Europea han rechazado estas elecciones, y esperan que la comunidad internacional adopte sanciones, ¿se afectaría el TLC de Nicaragua y EE.UU.?
Primero, debemos entender qué significan las sanciones en Derecho Internacional. Se trata de mecanismos para lograr el cumplimiento de obligaciones internacionales previamente asumidas. Es decir, si Estados Unidos, unilateralmente, o la Unión Europea, de forma colegiada (porque es una organización de integración) aplican algún tipo de sanción a Nicaragua, será porque previamente han pactado una regla internacional que ese país debe cumplir y no lo está haciendo. Por eso se aplican las sanciones.
En mi opinión, el TLC no será denunciado (o anulado), sino que, a través de esa fórmula de presión (la sanción), se buscará reactivarlo y lograr que siga funcionando como un mecanismo de naturaleza comercial entre empresas de ambos países.
Un bloqueo del TLC con Estados Unidos agravaría la pobreza de este país. ¿cuáles serían las consecuencias de esto?
Primero, hay que ver qué significaría un bloqueo y quién lo plantearía. El TLC es un instrumento que permite el flujo económico entre las empresas de los países firmantes. ¿Quién lo bloquearía? Si fuera Estados Unidos, como una fórmula de sanción, claramente afectará a las empresas de Nicaragua que no podrán exportar hacia Estados Unidos. Se agravaría la pobreza del país y, probablemente, tendría que buscar otros socios. Lo cierto es que, en estos momentos, en Cuba ya se ha notado una cierta inestabilidad política, así como en Venezuela desde hace mucho tiempo, con lo que será difícil para Nicaragua encontrar un mundo comercial para hacer negocios.
¿Qué podría suceder con la migración de la población de este país?
Es indudable que, ante un empeoramiento de la situación social, económica y política en el interior de Nicaragua, la población que busca su futuro en otro país aumentará. En ese sentido, seguro que a Estados Unidos no le interesa abrir un nuevo flujo migratorio hacia su territorio, por lo que, probablemente, adoptará medidas para evitarlo. No creo, por tanto, que la presión vaya hacia la población, sino que se buscarán mecanismos de coacción que incidan en los representantes políticos que están paralizando el proceso democrático en ese país.
La Asamblea General de la OEA aprobó una resolución que declara ilegítimas las elecciones del 7 de noviembre en Nicaragua. ¿Cuáles son sus implicancias?
En la OEA participan los estados ya reconocidos y, cuando hay un cambio de gobierno en uno de sus miembros, esta, por lo general, felicita y reconoce al nuevo mandatario, porque quien continúa participando en este organismo es el Estado.
Es cierto que la Carta Democrática aprobada el 2001 establece un refuerzo a los compromisos democráticos de la OEA, por lo que cuando el proceso de cambio político no satisface las garantías democráticas, se acostumbre a hacer un pronunciamiento para señalar, esa debilidad democrática, como en este caso, porque las elecciones no han sido transparentes.
Sin embargo, Nicaragua no puede ser separada de la OEA, porque no es el gobierno sino el país el que la integra. Lo que podría suceder es lo que en su momento le pasó a Cuba, que tuvo una sanción que impedía al gobierno castrista participar en la toma de decisiones de la OEA.
¿Qué papel le toca a la oposición, antes dividida y hoy unida contra el régimen de Ortega?
La oposición representa un punto clave en todo proceso político. Es el contrapeso al ejecutivo que ejerce el poder. Esta debe de tener unos mecanismos de control y supervisión ejercidos desde el parlamento. Una de las principales razones de la debilidad democrática en América Latina es que hay pocos partidos políticos con estabilidad suficiente para hacer oposición y cuando la hay es reducida y suele estar fragmentada.
Esto sucedió en Venezuela y es lo que permitió la llegada al poder de Hugo Chávez. Ha sucedido en muchos procesos electorales, como en Perú, en los que la oposición está muy fragmentada y, luego, es muy difícil que hagan una oposición unida. Confiemos en que la ciudadanía, en este caso en Nicaragua, la impulse a mantener la unidad y una postura clara, controlando al ejecutivo, que tiene una tendencia antidemocrática, muy claramente manifestada.
Para sorpresa de propios y extraños la Cancillería peruana ha señalado que estas elecciones vulneran la democracia y el Estado de Derecho y merecen el rechazo de la comunidad internacional ¿es la reacción diplomática correcta?
Estas han sido unas elecciones con serias dudas respecto a su calidad democrática y a las garantías necesarias que debe tener un proceso electoral. Lo que normalmente hace un país cuando se produce un cambio de gobierno, (cuando sabe que es un gobierno de facto y que ha tomado el poder de manera irregular) la práctica latinoamericana, siguiendo la Doctrina Estrada, es simplemente no decir nada, que viene a significar que no van a mantener relaciones con ese nuevo gobierno.
En este caso, es interesante esta posición expresa, indicando que dudan de la calidad democrática. Hay que darle reconocimiento y agradecer la claridad con la que se ha pronunciado el Gobierno peruano, porque no tenía obligación de hacerlo.