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Ene

2022

Artículo de opinión

“The Crown”: una tragedia moderna

El espectador de la tragedia experimenta una “catarsis” –una purificación o liberación de sus emociones– al apiadarse del héroe caído y reconocer, en ese destino funesto, el sufrimiento que acompaña toda vida.

Por Enrique Sánchez. 24 enero, 2022. Publicado en Correo, el 21 de enero de 2022.

La cuarta temporada de “The Crown” (Netflix) es la mejor de la serie. Todo es primoroso: el guion, las actuaciones, el vestuario, los escenarios, la ambientación histórica, etc.

Más allá de la reina Isabel II (el hilo conductor de la serie), dos personajes femeninos se apoderan de la pantalla. Margaret Thatcher, la hija de tendero que cambió para siempre la historia de Gran Bretaña, es retratada con dureza. Fue, sí, inflamatoria con sus políticas neoliberales, pero también más alegre y carismática de como aquí se muestra. De lo contrario, no habría ganado tres elecciones seguidas.

Diana, y su infausto matrimonio con el príncipe Carlos, son el centro dramático de la temporada. En la antigua Roma, Diana era la diosa virgen de la caza. Bella, soñadora, protectora de la naturaleza y de la luna. Y así se nos presenta a Diana Spencer: una chica encantadora, de sonrisa virginal y tendencia al ensueño.

Para Aristóteles, en la tragedia griega el héroe se mueve “de la dicha a la desdicha; no por maldad, sino por un gran yerro” que provoca el desastre. Edipo rey, por ejemplo, mata a su padre y se casa con su madre. Al conocer su terrible error, se clava agujas en los ojos y pide ser desterrado de Tebas. El espectador de la tragedia experimenta una “catarsis” –una purificación o liberación de sus emociones– al apiadarse del héroe caído y reconocer, en ese destino funesto, el sufrimiento que acompaña toda vida.

Diana, bella y noble como las heroínas griegas, yerra al casarse con Carlos: un hombre apocado y narcisista, que sigue enamorado de Camila. La infidelidad pertinaz del marido, y el ambiente gélido de la familia real británica, quebrarán a Diana. Como a Antígona, como a Julieta, la tragedia también golpea a las almas bellas. “Adiós, rosa de Inglaterra. […] Tu vela se apagó antes de tiempo. Tu leyenda nunca lo hará”.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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