Son tiempos que exigen fortaleza y audacia que nos lleven a luchar y no caer en el miedo paralizante, teniendo en cuenta lo que está en nuestras manos y podemos hacer.
Por Mela Salazar. 03 enero, 2022. Publicado en El Tiempo, el 2 de enero de 2021.Esta pandemia nos ha puesto ante un escenario desconocido e incomprensible, de un momento a otro, nos volvimos frágiles e indefensos. Nos sumió en tiempos difíciles (de dolor, adversidad, incertidumbre, impotencia) y en nuestro país ocasionó, además, un enrarecimiento del clima político, de la economía, y desarticulación de la sociedad por el desempleo y la pobreza.
Según Héctor Zagal, profesor de Filosofía de la Universidad Panamericana (México), quien dictó una conferencia en la UDEP sobre “Virtudes en época de incertidumbre”, estamos en un tiempo de crisis pero también de virtudes y valores, es tiempo de poner en práctica virtudes intelectuales, que son las habilidades del pensamiento para interpretar el mundo; virtudes del carácter, que nos permiten controlar nuestros impulsos y emociones, y sacar fuerza de voluntad.
Aunque el Covid no se ha ido, y regresa con otras variantes, las vacunas y las actividades que se reabren nos permiten nuevamente poco a poco ir recuperando la ansiada normalidad. El reto está en que esta normalidad nos encuentre siendo mejores personas, tendríamos que preguntarnos cuál es el sentido y el propósito de nuestra vida, y no sólo en el plano individual, sino también social, espiritual, en relación a nuestro entorno y medioambiente. Practicar mejores hábitos en nuestra forma de relacionarnos y apreciar a las demás personas, y en la forma de entender nuestro hábitat como ese hogar extendido que tenemos que cuidar para vivir mejor. La pandemia es un tiempo de templanza, fortaleza (para cumplir los protocolos y restringir nuestra vida social), de cordialidad, cortesía, amabilidad, respeto, justicia (al cumplir nuestros deberes de vacunación y protocolos), de serenidad y resistencia.
Es un tiempo en el que nuestras autoridades gubernamentales deben trabajar para que no haya inequidad en el acceso a servicios prioritarios como salud y educación. En Piura, la autoridad regional y desde los municipios tienen que dar el ejemplo, creando la infraestructura necesaria, ordenando las ciudades, generando espacios públicos abiertos, mejora de parques, y los ciudadanos y las empresas poner nuestra cuota de ayuda para hacer de nuestra región un mejor lugar para vivir. Si se vive en un ambiente sucio, descuidado y desordenado, uno se acostumbra a vivir así, y terminamos adaptándonos a la mediocridad, al caos, a no aspirar a más.
Son tiempos que exigen fortaleza y audacia que nos lleven a luchar y no caer en el miedo paralizante, teniendo en cuenta lo que está en nuestras manos y podemos hacer. Ayudemos en el año 2022 a construir una mejor versión de nosotros como personas, de la sociedad y de nuestro mundo.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.