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Mar

2022

Susana Mosquera: “La negociación diplomática es muy difícil a estas alturas”

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A más de una semana del avance de las tropas rusas en territorio ucraniano, la incertidumbre y la aflicción crecen. ¿Se pude aún detener una posible guerra?, ¿por qué Rusia se empeña en invadir Ucrania?

Por Elena Belletich Ruiz. 01 marzo, 2022. Publicado en el diario El Tiempo, el 1 de marzo del 2022.

La doctora Susana Mosquera, experta en Derecho Internacional Público y profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, explica que una salida diplomática a este conflicto implicaría estar hablando un mismo lenguaje y que ambas partes asuman que el despliegue de tropas extranjeras en un territorio soberano es un acto de agresión, de uso ilícito de la fuerza; sin embargo, Rusia no lo entiende así.

“Este país sostiene que lo hecho no es un ataque ni invasión sino, un despliegue de tropas, a pedido de las autoridades de esas zonas de frontera, cuya población es fundamentalmente rusa, habla ruso, tienen doble nacionalidad y algunos tienen, efectivamente, una cercanía enorme con Rusia”. Para este país, explica Mosquera, esta es una operación de defensa o protección a esa población de etnia rusa que vive en Ucrania.

Por qué Rusia quiere a Ucrania
Para la especialista en Derecho Internacional Público, el interés sobre Ucrania es estratégico. Aunque Rusia es un país con una enorme extensión de territorio, tiene una limitada salida al mar. El norte está congelado casi todo el año; los suelos árticos no tienen ninguna actividad económica y menos navegación. Sus alternativas de salida al mar son por la zona frontera con Estonia, a través de San Petersburgo (muy difícil de navegar) o Vladivostok hacia las aguas del mar de Japón. Esto convierte al territorio de Ucrania (por el acceso que le permitiría hacia la zona del mediterráneo) en la salida natural de un puerto de aguas cálidas navegables todo el año…, también para barcos de gran calado, algo muy complicado en San Petersburgo”.

Por tanto, el gran problema de Rusia, reitera Mosquera, es que, aunque con un territorio enorme, sin una salida al mar estaría bloqueado por países con una enorme extensión de dominio costero. Por eso, desde épocas remotas, ha buscado controlar regiones que le permitiesen salir al mar.

Fortalezas y debilidades de Rusia
Se sabe que el poderío ruso en armas es enorme frente a lo que Ucrania posee. En este aspecto, dice la doctora Mosquera, “Rusia gana por goleada, porque, en armamento, definitivamente tiene un poderío avasallador”. Por eso, desde el 2014, cuando Rusia retoma el control sobre la península de Crimea, Ucrania ha tratado de entrenar a tropas de élite especializadas para hacer frente a un nuevo movimiento ruso, especialmente en las provincias de frontera con Rusia, que resultan más vulnerables porque son el corredor natural para que esta llegue a la península de Crimea, que, efectivamente controla.

Sin embargo, “lo que más preocupa a Rusia es que los países de la OTAN o de la Unión Europea acompañen a Ucrania: que esta se una al mundo occidental; una posibilidad muy realista que ha estado ahí como argumento, al producirse la anexión de la península de Crimea. En las fechas previas inmediatas, se había planteado la posibilidad de que Ucrania se incorpore a la OTAN. Si esto sucedía, rompería la estrategia de cinturón protector que Rusia había tenido con las repúblicas, antiguamente soviéticas, de la Europa del este. Rusia conoce esa vulnerabilidad. Por eso, siempre se ha preocupado por tener a esos países vecinos como una suerte de tapón para evitar una invasión”, anota la docente de la UDEP.

Refiere que, por lo general, “no calibramos bien el poderío ruso, pues, también tiene muchas debilidades, y, por eso, se ve en la necesidad de atacar para evitar ser atacado”. Sin embargo, hay que remarcar que “la estrategia de movimiento de tropas que amenaza la soberanía de un país independiente (Ucrania lo es, ya no es una provincia soviética) va en contra de todos los mecanismos de funcionamiento de las relaciones internacionales que se han dado desde la 2da Guerra Mundial, desde la conformación de las Naciones Unidas”.

¿Cómo evitar una guerra?
La doctora Mosquera explica que el concepto guerra está desactualizado. “Hoy se habla de uso de fuerza, uso lícito o ilícito de la fuerza. En el caso con Ucrania, Rusia dice que utiliza una estrategia de defensa: que ataca porque previamente ha sido atacada, en referencia a distintos movimientos de países occidentales de los últimos tiempos, como sanciones económicas, bloqueo al proyecto de gaseoducto, freno a las actividades económicas rusas en distintas partes, invitar a los aliados naturales rusos a que formen parte de las estructuras económicas de Europa o de la OTAN…” Todo eso, Rusia lo interpreta como un potencial ataque, una maniobra contra su soberanía.

“La interpretación rusa es, definitivamente, una visión muy nacional del problema. Por otra parte, las medidas de la OTAN, del G7 de la Unión Europea y las medidas unilaterales de algunos gobiernos van en respuesta a las acciones que ha adoptado Rusia; pero, sin usar la fuerza, que es algo que definitivamente está prohibido por el derecho internacional en este momento. Lo que están haciendo es acudir a mecanismos indirectos que tienen contenido económico, sanciones que bloquean las cuentas de algunas de las autoridades rusas o de los movimientos de naturaleza económica que el Estado ruso tiene en los bancos del extranjero”.

Adicionalmente, “Estados Unidos ha propuesto una estrategia novedosa, que parece bastante interesante: bloquear los códigos bancarios internacionales (Swift), que permiten los movimientos de divisas de una economía a otra. Esto casi nunca se ha utilizado y acompañaría otras estrategias dadas, como las sanciones económicas u otras de mucho impacto mediático que afectan a competiciones deportivas. La intención es que la población rusa vea que, efectivamente, el comportamiento de sus autoridades ha sido erróneo y haya un repliegue desde dentro, como decisión nacional y no una imposición desde el exterior”.

Si estas estrategias funcionan y se mantienen firmes, dice Mosquera, Rusia podría perder mucho; pero, si como dijo el presidente ucraniano “los dejan solos” Ucrania no puede defenderse. “Y, es que el desequilibrio de fuerzas es enorme. Si dejamos sola a Ucrania, para que pase el tiempo a ver qué sucede, como ocurrió con Crimea, puede suceder que Rusia se afiance ahí y el siguiente paso sea lanzarse hacia las provincias del norte, las lituanas o incluso oponerse a que Finlandia, Suecia y los otros países que sigan ingresando a la OTAN, bajo la expectativa de que eso debilite aún más al territorio ruso”.

El modelo y la estrategia rusos
Mosquera explica que, claramente Rusia “tiene una lectura del mundo distinta a la de los países occidentales. Trata de darle vigencia su modelo que es muy ajeno a un planteamiento de protección de los derechos humanos, de participación democrática, a una estrategia de desarrollo e impacto para el mayor número de población. Rusia no está jugando con esas cartas y lo que quiere es romper la baraja, hacer que nadie juegue con ellas, crear un nuevo escenario en donde su lectura del mundo (compartida con China): sin derechos humanos, sin democracia y con un desarrollo muy desigual, impacte y llegue a muchos otros estados”.

¿Hay una salida diplomática?
Bueno, la verdad, la salida diplomática implicaría estar hablando con el mismo lenguaje y Rusia tiene uno propio, distinto al de occidente; así que “la negociación diplomática, va a ser complicada porque no están hablando en los mismos términos. Entonces, será necesario, primero, encontrar un canal válido de comunicación para que se pueda establecer el diálogo.  Si se responde con la fuerza, el canal diplomático estará anulado”.

Ahora bien, ¿dónde sería la negociación? “El órgano designado hubiera sido el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas porque hablamos de un episodio de uso de fuerza. Pero, en este período el Consejo está bajo presidencia rusa. De hecho, la fecha de este ataque a Ucrania no es fortuito, sino que se ha hecho coincidir con el centenario de la fundación de la URSS, fecha simbólica para reconstruir aquella influencia soviética, sino que además es la fecha prefecta porque Rusia controla el asiento de este consejo. Entonces, muy probablemente haya que acudir a la Asamblea General de las Naciones Unidas para tomar alguna decisión que reactive la ruta diplomática; algo que, la verdad, está bastante complicado. Es difícil que se activen rutas diplomáticas de forma directa; pienso que la mejor ruta es a través de las sanciones de tipo económico, que tengan impacto no tanto en la población sino en los jerarcas, en las autoridades rusas”.

“Si atacamos a los cimientos del apoyo político-económico, que tiene en este momento Putin dentro de la estructura de funcionamiento del Estado ruso, quizá se logre revertir esta situación. Creo que esa puede ser en realidad la estrategia más conveniente”, acota la especialista.

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