En su extraordinaria Mezquita Catedral, joya arquitectónica, reposan imperecederos los restos del Inca Garcilaso de la Vega, el mestizo escritor, filósofo y traductor de León Hebreo, acompañado de un pendón bicolor.
Por Orlando Vignolo. 04 abril, 2022. Publicado en Correo, el 2 de abril de 2022.He pasado las últimas semanas de mi vida viviendo, estudiando y disfrutando de la magnífica ciudad de Córdoba en el sur español. Una urbe con estupendos ciudadanos, histórica, llena de cultura y con conexiones con nuestro país. Así, su inmenso patrimonio histórico guarda varias muestras de consolidación de nuestra nacionalidad, a la espera que puedan ser descubiertas por un peruano visitante. Por ejemplo, en su extraordinaria Mezquita Catedral, joya arquitectónica, reposan imperecederos los restos del Inca Garcilaso de la Vega, el mestizo escritor, filósofo y traductor de León Hebreo, acompañado de un pendón bicolor y con varias inscripciones en su tumba que lo muestran como un hombre trascendente, distinto y con un intelecto digno de homenajear. Los Comentarios Reales y la Florida del Inca, esos importantes libros que leíamos en la secundaria, aparecen retratados en el sitio de descanso eterno de uno de los cusqueños más universales que ha existido.
Pero detrás de esa historia puesta a la luz, que llena de orgullo y satisfacción a cualquier peruano que pisa esta hermosa ciudad andaluza, también existió el esfuerzo solitario del gran Raúl Porras Barrenechea, el diplomático y humanista sanmarquino, que supo trabajar en solitario para descubrir la historia oculta del escritor en su larga estadía en Montilla (cerca a Córdoba), sin más colaboración que su tesón y disciplina personal.
Cuanta enseñanza deja el saber que muchos peruanos hacen demasiado por todos sin necesidad de tener Estado o ayudas públicas, sin asumir la posibilidad de extender la mano, simplemente solos con su libertad y emprendimiento a prueba de todo.
El bicentenario de nuestra patria, que se viene celebrando hasta el 2023, es finalmente un homenaje sincero para todos los hombres y mujeres que con su vida supieron forjar un país mestizo, heredero de muchas culturas, civilizado y diferente. En suma, supieron aquilatar la idea de una nación hecha de dos imperios fusionados.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.