De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares del 2020, la tasa de informalidad empresarial es superior al 75%; es decir, solo un 25% del sector ha iniciado el proceso de formalización con su registro en la Sunat.
Por Brenda Silupú. 18 abril, 2022. Publicado en Correo, el 16 de abril de 2022.La disminución del IGV no garantiza que bajen los precios de los productos de la canasta básica, porque la mayoría de las mypes son informales. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares del 2020, la tasa de informalidad empresarial es superior al 75%; es decir, solo un 25% del sector ha iniciado el proceso de formalización con su registro en la Sunat.
De las registradas, el 80% son constituidas como persona natural con negocios que, en su mayoría, están en el régimen de pago de impuestos del Nuevo RUS (Régimen Único Simplificado), que no considera la deducción del IGV, como lo hacen otros regímenes tributarios en los que las empresas tienen derecho al crédito fiscal.
Al no existir este derecho, las mypes informales y las del Nuevo RUS determinan sus precios por la competencia y la oferta y demanda, sin evaluar (previamente) que deben agregar el IGV al valor del producto para definir su precio de venta final.
En este sector, el mercado define el precio de negociación; es decir, ante una escasez el precio subirá. Por tanto, como la informalidad es una norma social aceptada por la sociedad, una medida tributaria como la disminución del IGV no tendría un efecto en el precio, pues la mayoría de las mypes no deduce el IGV del precio de venta, y ellas son las que atienden a los consumidores finales.
El impacto inmediato que generará esta medida es una reducción de la recaudación fiscal.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.