31

May

2022

Detrás de las palabras

Barranco

En la lengua común decimos barranco a lo que es un despeñadero o precipicio. También al surco producido por las avenidas, tan impetuosas e imprevistas en Piura. En Sudamérica más se les dicen, como en Andalucía, “quebradas”.

Por Carlos Arrizabalaga. 31 mayo, 2022. Publicado en Correo, el 29 de mayo de 2022.

En la lengua común decimos barranco a lo que es un despeñadero o precipicio. También al surco producido por las avenidas, tan impetuosas e imprevistas en Piura. En Sudamérica más se les dicen, como en Andalucía, “quebradas”.

Un 3 de abril de 1935 la página tres de El Tiempo recogía una demanda ciudadana para demoler “un barranco que es foco de infección”. Así pues, en Piura barranco tenía otra acepción, que trae solo Esteban Puig: “Nombre que se daba a los basurales en la ciudad de Piura”. Carlos Robles explica que el término lo registra Vicente Rázuri, porque en los años 30 había muchos basurales en las orillas del río, y por ello el término quedó como despectivo: “Mereces que te boten al barranco”.

Esta acepción regional para este viejo término castellano, de origen prerromano, se formó por una sinécdoque. Como los desaprensivos tienen por costumbre botar basura y desmonte a los barrancos, con el tiempo en Piura el término adquirió el significado no del continente, sino del contenido, y así lo que solicitaban los vecinos de las calles Loreto y Ancash (nombre que tenía la actual avenida Sánchez Cerro), es que fuera demolido “un barranco de más o menos tres metros de altura”, que se había formado en una transversal. Era “un hacinamiento de escombros”, que impedía el paso libre a la calle Roma. Pasaban las semanas y la municipalidad no había resuelto nada concreto y la prensa de la época cumplía con el deber cívico de denunciar la lamentable situación.

Gracias a la tenaz actuación de nuestra amiga Ruth Oliva Peña, jefa del sector, se han limpiado muy bien las orillas, el mercado y otros varios lugares, aunque los basurales reaparecen al menor descuido. No se extinguen del todo, pero ya casi nadie los llama barrancos, pues se prefiere el eufemismo de designarlos, con un tecnicismo neutro, “puntos críticos” de la ciudad.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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