Desde las escuelas, se debe orientar a los estudiantes de todas las edades para que abandonen los estereotipos alrededor de quienes se tratan por afecciones de la salud mental, fomentando el diálogo abierto, respetuoso y formativo.
Por Rosa Cornejo Briceño. 10 mayo, 2022. Publicado en Correo, el 10 de mayo de 2022.Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud integral es el estado de bienestar físico, emocional y social de un individuo”. La salud integral de la persona es fundamental para que se desarrolle armónicamente; es un impulso para el crecimiento como persona única. La misma entidad concibe a la salud mental como un “estado de bienestar en el que el individuo realiza sus capacidades, supera el estrés normal de la vida, trabaja de forma productiva y fructífera, y aporta algo a su comunidad”.
Es decir, no hay salud integral sin salud mental; lo que expresa claramente la necesidad de un abordaje total de la salud y enfatiza los vínculos entre lo físico y lo psicosocial en el proceso de la salud y la enfermedad. De hecho, el riesgo de padecer otras enfermedades aumenta si existen trastornos mentales, tales como la depresión, el abuso y dependencia del alcohol, la ansiedad, la violencia en todas sus formas, los trastornos de conducta y de las emociones y el maltrato infantil.
A pesar de la importancia de la salud mental para la salud integral de las personas, todavía existe una gran barrera que impide que busquen ayuda, quieran tratarse y, por consiguiente, puedan vivir una mejor vida. Esta barrera es generada por la familia, amigos, compañeros de trabajo o la sociedad en general: existe un estigma hacia la salud mental.
Para eliminar estas barreras, poco a poco, es necesario que toda la sociedad se involucre. Desde las escuelas, se debe orientar a los estudiantes de todas las edades para que abandonen los estereotipos alrededor de quienes se tratan por afecciones de la salud mental, fomentando el diálogo abierto, respetuoso y formativo que ayude a propiciar espacios seguros para compartir experiencias. Hablar sobre salud mental debe normalizarse; pero, para que esto ocurra, las sociedades deben estar adecuadamente formadas y enteradas.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.