Los problemas de aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños en edad escolar y son una gran preocupación para los padres, ya que afectan el rendimiento escolar y las relaciones interpersonales de sus hijos.
Por Jaime Ancajima. 18 julio, 2022. Publicado en El Tiempo, el 17 de Julio del 2022.Las profesoras que enseñan en el nivel inicial enfrentan muchos desafíos en su práctica docente, como: el desarrollo del lenguaje, la coordinación motora o la orientación espacio-temporal, falta de autonomía, entre otros. Los problemas de aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños en edad escolar y son una gran preocupación para los padres, ya que afectan el rendimiento escolar y las relaciones interpersonales de sus hijos.
El pasado 13 de Julio, se conmemoró el Dia Nacional de Sensibilización del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) con el fin de sensibilizar a la sociedad sobre las necesidades de las personas que sufren de este trastorno. El TDAH puede alterar sus vidas en los aspectos académico, familiar, social y hasta laboral.
La directora médica del Instituto Médico de Lenguaje y Aprendizaje, IMLA, Dra. Myriam Velarde, señala que si el TDAH no es tratado en la niñez puede complicarse con el paso del tiempo, pudiendo generar fracaso escolar, baja autoestima, depresión, ansiedad e incluso, el consumo de drogas.
El Portal Fundación Orienta nos explica que el TDAH hace que los niños sean más distraídos, hiperactivos e impulsivos que lo que se considera normal para su edad, y hace que les sea más difícil desarrollar habilidades que controlan la atención, el comportamiento, las emociones y la actividad.
Por ser distraídos, es posible que los niños con TDAH parezcan no estar escuchando, tengan dificultad para prestar atención, no sigan correctamente las instrucciones, necesiten recordatorios para hacer las cosas y demuestren un esfuerzo insuficiente con el trabajo escolar. Por ser hiperactivos quizás trepen, salten o jueguen de forma violenta cuando es momento de jugar de manera tranquila, sean desorganizados o desordenados, se muevan y parezcan incapaces de quedarse quietos, hagan las cosas a las apuradas en lugar de tomarse su tiempo, cometan errores por descuido. Y, por ser impulsivos quizás interrumpan mucho, hagan cosas sin pensar, hagan cosas que no debieran, incluso aunque sepan que no es correcto, tengan dificultad para esperar, hacer turnos con otros o compartir, tengan arranques emocionales, pierdan los estribos o no tengan autocontrol.
Recordemos, todos los niños pueden aprender, pero no todos el mismo día, ni de la misma manera. La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón. Seamos empáticos con los niños que tienen este trastorno y ayudémoslos con amor a superarse y desarrollarse plenamente.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.