Coloridas barras, tambores, pancartas, silbatos, vivas y aplausos, así como emotivos videos, acompañaron el homenaje a las diecisiete personas distinguidas con la Medalla de la Universidad de Piura, y a sus familiares.
Por Elena Belletich Ruiz. 20 septiembre, 2022.Desfilando; así subieron los homenajeados hasta sus posiciones de honor en el proscenio. Todo estaba listo: las barras encubiertas, los familiares, colaboradores y autoridades académicas de la UDEP y amigos de los trabajadores que cumplían 25 años o más de labores en Campus Piura. Previamente, se había celebrado la Misa de Acción de Gracias en la Ermita de la Sagrada Familia, que preside el campus.
Al iniciar el acto, la vicerrectora académica, Susana Vegas Chiyón, mencionando la reciente visita del vice Gran Canciller de la UDEP, padre Ángel Gómez Hortigüela, comentó a los homenajeados: “Nos recordó que, si bien en la universidad se forma a través del trabajo académico, no olvidemos que también forma el ver nuestro ideario hecho vida y estas lecciones se enseñan con la inteligencia y el corazón, haciendo bien el trabajo…. Ustedes lo han hecho, y hoy lo reconocemos porque, haciendo lo que a cada uno le toca, seguirán dejando huella”.
Asimismo, recordó cuánto ha cambiado todo, en estos 25 años, desde que comenzaron a laborar en la UDEP: “Todavía los árboles de la playa 1 no daban sombra, el camino que pasa al lado de la biblioteca rumbo al Edificio 80 tenía a su lado arena, para enviar un correo electrónico, debíamos ir a la única computadora que ofrecía este servicio, nos comunicábamos mediante notas escritas…”, mencionó.
Sin embargo, anotó: “En alegría y agradecimiento puedo decir que estas dificultades materiales no detuvieron su generosa entrega, por el contrario, incrementaron el cariño a nuestra universidad.
La entrega
Un emotivo video, mostró a los homenajeados, así como a quienes pronto recibirán esta medalla en Campus Lima y el PAD. Acto seguido, el rector impuso la medalla a cada uno. La mesa la presidieron también, los vicerrectores, la directora de estudios y el secretario general de la UDEP.
Tras la entrega de medallas, Álvaro Tresierra Tanaka, en representación de los medallistas, dijo que lo vivido en estos 25 años han influido en muchos aspectos de sus vidas. “Hoy nos enorgullecemos del crecimiento alcanzado, no solo material, sino sobre todo de los logros que hemos ido teniendo como institución”.
Valoró, asimismo, lo recibido de los predecesores. “Eso nos da una gran responsabilidad, porque somos los encargados de trasmitir a las demás generaciones (que puedan ver a través de nosotros) la esencia de la Universidad de Piura…”, anotó.
Citando a Bernardo de Chartres, dijo a sus compañeros: «Somos como enanos sentados sobre los hombros de gigantes para ver más cosas que ellos y ver más lejos, no porque nuestra visión sea más aguda o nuestra estatura mayor, sino porque podemos elevarnos más alto gracias a su estatura de gigantes».
Mencionó también los retos afrontados como miembros de la UDEP. “Estos han supuesto grandes desafíos y a veces replantear las formas de hacer las cosas, pero manteniendo nuestra esencia: mejores personas, mejores profesionales, mejores trabajadores”.
Con esta distinción, dijo, renuevan su compromiso de servir. “Si bien son 25 años, nos sentimos jóvenes de espíritu, con pasión e ilusión por los nuevos desafíos que nos tocan afrontar…”, acotó.
Por su parte, el rector Antonio Abruña expresó su satisfacción por la realización de este acto, después de tres años y señaló que en todo lo que se hace y en cada evento importante de este año, da la sensación de que se está haciendo por primera vez: “Como si la pandemia hubiera marcado en nuestra vida institucional, como lo ha hecho en nuestras familias, un antes y un después, una línea invisible que se percibe desde los ojos de la memoria, puesto también el corazón en el recuerdo de quienes no están en estos momentos”.
Resaltó los eventos, visitas y construcciones importantes habidos en estos últimos 25 años; así como el trabajo de todos. “No hay trabajo pequeño cuando se hace con y por amor; cuando se sabe que uniendo las voluntades se pueden acometer las grandes empresas que, como universidad, estamos llamados a cumplir. Entonces todo suma, todo esfuerzo merece la pena”, subrayó.
Anotó, asimismo, que la universidad agradece la fidelidad de los distinguidos: “… no es una fidelidad basada en la permanencia, sino en la constancia. Permanencia y constancia parecen sinónimos, pero no lo son. La permanencia puede ser pasiva, puede resultar acomodaticia o conformista. La constancia es esforzada, generosa, creativa. La constancia implica una confianza en que el esfuerzo de hoy se sume al de ayer, pero también al de mañana”.
Finalmente, expresó: “Solo puedo agradecerles por lo que han llegado a ser después de veinticinco años de trabajo, de esperanzas y propósitos. (…) Gracias por la generosidad de su entrega y la ilusión correspondida en cada uno de sus afanes”.
Vea la relación de los medallistas de Campus Piura, aquí.