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Nov

2022

Artículo de opinión

Cultura, salud y bienestar

Hace unos días conversaba en clase con mis alumnos acerca de la relación entre el acceso y el disfrute de las artes y el patrimonio y la mejora del estado de salud y bienestar de las personas.

Por Alberto Requena. 28 noviembre, 2022. Publicado en El Tiempo, el 26 de noviembre de 2022.

Puede parecer una relación forzada pero no lo es. La evidencia académica y empírica nos demuestran que la cultura ha comenzado a ser incluida como una gran aliada de las políticas públicas sanitarias.

En el informe de 2017 “Salud creativa: las artes para la salud y el bienestar”, se destaca la importancia que el Reino Unido ha dado a este tema. Según sus autores el acceso a la cultura puede mantener nuestras vidas más saludables, ayudándonos a disminuir los niveles de estrés o de soledad, afrontar activamente el envejecimiento o contribuir con el aprendizaje a lo largo de la vida, gracias a la capacidad expresiva que poseen las artes. Inclusive, se llega a sostener que ello podría ayudar a disminuir los costes públicos en el sector salud. Se reforzó la idea de las “artes como receta”.

A los pocos años, la OMS publicó su informe “¿Cuál es la evidencia sobre el papel de las artes en la mejora de la salud y el bienestar?” (2019). Concluyó que existe evidencia médica que permite sostener que la práctica de las artes puede ayudar a prevenir la aparición de enfermedades mentales y también a contrarrestar los efectos del envejecimiento tales como el Alzheimer. Se destacan algunos casos como el del Observatorio de educación artística y cultura de Finlandia, el programa Artes como prescripción de Inglaterra o la iniciativa Doctor payaso de Rusia.

Las experiencias sobre este terreno son amplias. En Canadá los médicos de Ontario firmaron convenios con museos locales para poder brindar entradas a sus pacientes como parte del “tratamiento”. En España existe la fundación “Cultura en vena” que lleva actividades artísticas y performances musicales a centro hospitalarios y a zonas rurales vulnerables.

Ahora bien, estos ejemplos están relacionados con el acceso a las artes o del disfrute del patrimonio; sin embargo, la cultura es un aspecto más complejo. Esta incluye costumbres, tradiciones y formas de entender el mundo.

Desde esta perspectiva, la cultura también es muy útil a las políticas sanitarias; así lo atestigua la Política Nacional Multisectorial de Salud al 2030. Esta reconoce que existen inadecuados hábitos, conductas y estilos de vida que tienen raíces culturales. Atender los diversos problemas sanitarios en el Perú, también pasa por constituir (a mediano y largo plazo) una “cultura de salud” en nuestro país. Al parecer la cultura nos podría ayudar a materializar el clásico adagio latino: Mens sana in corpore sano.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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