Durante sus 27 años en la Universidad de Piura, Edilberto Navarro fue una persona responsable, alegre y, sobre todo, dedicada a su familia. Sus compañeros y amigos lo recordarán por su responsabilidad y alegría.
Por Fernanda Vegas Sernaqué. 25 enero, 2023.Edilberto Navarro Correa falleció hoy a los 64 años de edad. Trabajó como electricista en la Universidad de Piura desde 1996. José Yamunaqué, amigo con el que compartió labores en la Oficina de Servicios Operativos, destaca que Edilberto fue, sobre todo, una persona “responsable y detallista con su trabajo”. A él le gustaba terminar todo lo que comenzaba, haciendo siempre su trabajo como era debido.
Otro de sus compañeros, Gerardo Facundo, señala que siempre recordará al “maestro Beto” como una persona dispuesta, alegre y “chacotera”. “No importaba donde estuviera, uno lo llamaba si necesitaba algo y él iba, siempre estaba allí”, destaca.
Sus compañeros también recuerdan a Edilberto por su dedicación a su familia y comentan sobre los días en los que lo veían con sus dos hijas en el edificio de la Facultad de Ciencias de la Educación, donde ellas estudiaron. “Ha sido un buen papá y, luego, un buen abuelo”, recuerda Yamunaqué.
Edilberto ingresó a trabajar a la UDEP hace 27 años como asistente de electricista del entonces Maestro Gallo. Sus compañeros recuerdan que aprendió rápidamente y asumió la responsabilidad del puesto ante la jubilación del Sr. Gallo.
Ahora, Brendi y Verónica Navarro son egresadas de la UDEP. El año pasado, Edilberto recibió la medalla de la Universidad de Piura, por sus 25 años de servicio en esta casa de estudios. En esta ocasión, sus hijas le expresaron su gratitud por todo su esfuerzo y por el amor con el que siempre hizo todo.
“Desde pequeñas nos ha inculcado la responsabilidad y nos dio aliento para cumplir todas nuestras metas”, comentó Brendi en esa ocasión. También destacó la responsabilidad de su papá y su interés permanente por actualizar sus conocimientos, para lo cual contaba con una biblioteca en casa, donde la mayoría de publicaciones eran revistas sobre electricidad. Él fue, para sus dos hijas, el mejor ejemplo de que “nunca es tarde para aprender”.
La comunidad de la UDEP recordará a Beto por su alegría, su trabajo y por tener presente en todo momento a quienes lo inspiraron a seguir adelante, su familia.
¡Hasta siempre, maestro Beto!